Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 22 de mayo de 2025


Sentíase solo, completamente solo. Acababa de perder el último de los camaradas de su juventud revolucionaria. De todos los que habían disparado en la sierra y afrontado la muerte o el presidio por el romanticismo de la revolución, no quedaba ninguno a su lado.

Al día siguiente, al subir al cupé de su marido para ir a casa de Lerne, sentíase Juana agitada. Habíale preocupado mucho el traje que llevaría; después de muchas reflexiones, decidiose a ponerse un traje austero, en armonía con la gravedad del rol que iba a desempeñar aquella noche. Púsose únicamente un vestido de terciopelo punzó, obscuro.

En cuanto a Delaberge sentíase a la vez sorprendido y encantado de la visible simpatía de que le daba testimonio aquella mujer. La escuchaba con placer y sentíase refrescada el alma por la gracia natural del buen sentido y la noble alegría de su vecina.

Venía a sentarse allí porque le gustaba contemplar el mar desde la altura. Sentíase mejor a la sombra de la torre; ningún amigo le turbaba con su presencia y podía componer libremente los versos de un romance para el próximo baile en el pueblo de San Antonio. Jaime sonrió al oír las tímidas excusas del cantor. Seguramente que sus versos eran dedicados a alguna atlota.

El cerebro de la joven no cesaba de dar vueltas y más vueltas a estas ideas y a otras análogas, mientras su cuerpo permanecía inmóvil, abatido, clavando los ojos obstinadamente en las manos de D.ª Marciala, que no dejaba un momento su calceta. Sentíase enferma, deseaba irse; pero una vaga esperanza, que no podía definir, la retenía a su pesar.

Aresti permanecía inmóvil en medio de la plaza, sin darse cuenta de las balas que á corta distancia de él levantaban las cortezas de los troncos. Sentíase empujado de un lado á otro por los empellones de los combatientes, viéndolo todo al través de una niebla gris, como si el sol se hubiera ocultado.

Sentíase satisfecho de la situación el señor Cuadros, y las ávidas miradas fijas en el palco parecíanle un homenaje a él. No se podía pedir mayor felicidad. Cumplía con la conciencia y con el placer.

La hoja mejor batida era aquella que había estado más cerca de partirse en la bigornia. Nueva confianza en su destino erguía ahora su hercúlea voluntad, y sentíase como ebrio de ilusión, llegando a decirse a mismo las frases admirativas que su sola presencia provocaría muy pronto por doquier. Luego examinaba, ponderaba. ¿Qué linaje en Castilla más claro y antiguo que el suyo?

Después de sus arrebatos de indignación, sentíase débil, reblandecido, anonadado por aquel misterio, que sólo había podido columbrar. Hablaba con dulzura, con humildad, recordando a la joven el estrecho cariño que unía sus vidas.

Teodoro Golfín, con ser sabio, discreto y locuaz, sentíase igualmente torpe que la Nela, ignorante de suyo y muy lacónica por costumbre. Seguíale sin hacer resistencia, y él acomodaba su paso al de la mujer-niña, como hombre que lleva un chico a la escuela.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando