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Actualizado: 13 de junio de 2025


Yo que tiene buen fondo: ¿qué importan las faltas más graves, cuando van seguidas del arrepentimiento? Lázaro advirtió que Clara hizo un movimiento, como si tratara de contradecir aquellas palabras; pero en su ceguera no supo ver, no supo apreciar que en aquel instante el alma de su amiga pasaba por el más duro trance de dolor y paciencia de que es capaz la naturaleza humana.

Este dato se aplica al acné juvenilis, á ciertas producciones sicósicas, á erupciones de granos con auréola roja, y á pústulas seguidas de costras y de una pequeña cicatriz cóncava.

Pero a Mozart lo salvaba su carácter alegre; porque era un maestro en música, pero un niño en todo lo demás. A los catorce años compuso su ópera de Mitrídates, que se representó veinte noches seguidas; a los treinta y seis, en su cama de moribundo, consumido por la agitación de su vida y el trabajo desordenado, compuso el Requiem, que es una de sus obras más perfectas.

Se informaron de ella con interés: también del ganado. Jacinto les notició que la Pinta había parido hacía tres días un jato. El tío Lalo torció el hocico: aquella vaca no les daba más que becerros. Es verdad repuso Jacinto, pero en cambio la Morica ya nos dió tres jatas seguidas y váyase lo uno por lo otro.

Sólo ha podido observarse que en algunos puntos suelen presentarse partes sin vestigio alguno de mineral, seguidas de otras de gran riqueza, como si en su formación se hubiesen establecido varios centros de cristalización. En uno de los filones de Caninoro se han encontrado algunas de estas concentraciones, que han producido en una longitud de dos palmos hasta 80 taeles de oro.

Don Andrés no quiso hacerse el encontradizo; confesó con franqueza que la estaba aguardando y la acompañó varias noches seguidas, aunque ella siempre lo repugnaba. Pasmosos fueron el arte que empleó Juanita y el ingenio y la energía de voluntad que supo desplegar para tener a raya a don Andrés y conseguir, sin romper con él por completo, que no se viniese a las manos.

A Spadoni le era imposible imitar la atención del príncipe y de Castro. ¿Qué podía importarle la llamada estrella tricolor? Los millones de millones de leguas de que hablaba el sabio despertaban su bostezo; y por una asociación de ideas, se dedicaba á jugar mentalmente, suponiendo que acertaba cincuenta veces seguidas, siempre doblando.

Un día le embargaron todo, y Estupiñá salió de la tienda con tanta pena como dignidad. ii Aquel gran filósofo no se entregó a la desesperación. Viéronle sus amigos tranquilo y resignado. En su aspecto y en el reposo de su semblante había algo de Sócrates, admitiendo que Sócrates fuera hombre dispuesto a estarse siete horas seguidas con la palabra en la boca.

Con un caballo así, bueno y dócil, el señor Calderón, el Trigo u otro jinete de los buenos tiempos hubiese sido capaz de torear dos tardes seguidas sin dar una caída y sin que el animal recibiese un arañazo. ¡Pero ahora!... Ahora sólo había mucho miedo y muy poca vergüenza.

Empezaré, pues, declarando que yo colocaría la acción de mi obra en tiempos remotos, en los tiempos pintorescos é interesantes, cuando no había alumbrado público, y muchas rondas y gran número de corchetes; cuando los galanes se abrían en canal por una palabrilla, y las damas andaban con manto por esas callejuelas, seguidas de Celestinas y rodrigones; cuando se guardaba con siete llaves el honor, sin que eso quiera decir que no se perdiese en un santiamén.

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