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Yo siempre he tenido por hombres de imaginacion pequeña á los que se detienen en una palabrilla, en un acento, en si se ha de entender esta voz en este, ú en otro significado: aunque esto importe poco, y sin llegar á conocer lo útil de las cosas, solo se contentan de lo superficial.

La indiferencia real o fingida que Clementina le había mostrado toda la noche le roía el corazón. Siempre habían sido prudentísimos en sociedad, sobre todo en casa del marido; pero nunca le faltó ocasión, hasta entonces, a la dama, con una mirada intensa, con alguna palabrilla fugaz, de expresarle su amor.

Carmen Tagle la bautizó al punto. Allí está Zumalacárregui dijo a su vecina . Mírala, el cuerpo le pide pendencia. El respetable Butrón se daba a todos los demonios temiendo una catástrofe, y aplicaba el oído en vez del ojo al agujero, a ver si podía pescar alguna palabrilla suelta que indicase el rumbo que tomaba la tormenta.

Empezaré, pues, declarando que yo colocaría la acción de mi obra en tiempos remotos, en los tiempos pintorescos é interesantes, cuando no había alumbrado público, y muchas rondas y gran número de corchetes; cuando los galanes se abrían en canal por una palabrilla, y las damas andaban con manto por esas callejuelas, seguidas de Celestinas y rodrigones; cuando se guardaba con siete llaves el honor, sin que eso quiera decir que no se perdiese en un santiamén.

De ordinario no se detienen los hombres en averiguar la cosa por todas sus partes, ni todos tienen el ingenio necesario para conseguirlo; y como pocos aman el trabajo, y cuesta exâminar de raiz las cosas, por eso luego se precipitan, y dicen, que la palabrilla que fulano ha dicho, ú la accion que citano ha hecho, quieren decir esto, ú estotro, lo qual ni tan solamente imaginaron aquellos, de lo que se siguen mil vanas sospechas.

Cuando volvió a su casa, llamó a su mujer y le dijo solemnemente: Juana: la patria reclama mi cooperación, y necesito hacer por ella el sacrificio de prestársela. ¿Que la patria te reclama..., qué?... preguntó la oronda señora, dudando si la palabrilla se comía o se sembraba. Que el país desea que yo le represente en las Cortes añadió don Simón con parsimonia. ¿Y qué es eso?

Pero por cima de esta consonancia perfecta en que estamos V. y yo, hay entre nosotros radicales diferencias, las cuales consisten en que nos hemos forjado muy distinto ideal. Entiéndese por ideal, palabrilla que está muy a la moda, el término de las aspiraciones de cada uno.

Créelo, hija mía, esta palabrilla me ha sabido muy mal y la tengo atravesada. ¿Qué pensará de nosotros ese buen señor, cuando ve que nuestros hijos salen por ahí hechos unos corderos de rifa, como los de las personas más ricas?... Pensará cualquier disparate... Algo de esto me figuraba yo, porque ayer, en un ratito que desvendado estuve, vi que la niña tenía puestas unas medias encarnadas muy finas. ¿De dónde ha salido eso?... Y ya que las tiene, ¿por qué no se las quita al entrar en casa?... ¿Qué es esto? ¿Qué pasa aquí?... De ello nos ocuparemos cuando yo vea claro y sin dolor, que Dios quiera sea muy pronto.

Las cuatro mujeres no paraban el pico hasta las doce, y por eso Ballester, aquella noche, al ver que se armaba el nublado de ropa blanca, cogió por un brazo a Maxi y le dijo: «Nosotros nos vamos a ver una piececita en Variedades». Dicho se está que Olimpia, no participando de la presunción ni del entusiasmo mercantil de su mamá, seguía posada en el antepecho del balcón del gabinete, viendo pasar la sombra melancólica del aburrido Aristarco, y arrojándole desde arriba alguna palabrilla, para que endulzara el plantón.