Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 15 de junio de 2025
La condesa se empeñó en entrar; yo la seguí. La luz se filtraba con trabajo dentro del exiguo templo por dos ventanillas estrechas que más parecían grietas. Colgada frente al altar de la Virgen, chisporroteaba una lámpara de bronce.
Al poco tiempo subia en un ómnibus que me llevó al Palacio Real, y luego en otro que tenia la carrera de San Club, haciendo escala en el arco de la Estrella. Allí me apeé y seguí hasta el bosque de Bolonia. El bosque de Bolonia no es un paseo, propiamente hablando: es una selva que tiene leguas de extension: es el desahogo de las gentes de carruaje que van allí, como se va á tomar aires al campo.
Las montañas de Vizcaya no podían suministrar a mi ambición recursos para elevarme a la altura de mis ilusiones. Seguí a don Diego hasta Zaragoza, porque se decidió a protegerme, y yo decía para mí: «Algún día sacaré a mi madre de la miseria»; pero vos no lo habéis querido.
Esta mañana, estando el viento al OSO bonancible, zarpé el ancla, y con el bote y chalupa por la proa al remolque seguí la canal, y llegué á las diez para las once á la Horqueta de las Toninas, en cuyo paraje largué toda vela, siéndome ya allí dicho viento favorable.
A las diez llegué á la boca de una canal que sigue al NO, entré por ella y seguí siempre, y tenia mas caudal, pues de esta salen innumerables canales. A las doce llegué á donde se dividia en dos iguales, y viendo en la que seguia al NE unas tominas que estaban por ella, así por esto, como por seguir mejor rumbo que la otra, determiné seguirla.
Seguí adelante, gobernando al N 1/4 NO. A las tres dí fondo, y reconociendo que no era buen paraje, zarpé el ancla y me hice á la vela, y navegué por 3-1/2, 4-1/2, 5 y 6 brazas de agua, y dí fondo en 2-1/2, á distancia de una milla de la Isla de Bordas, demorando esta por su medianía al N 1/4 NO.
Un torrente de lágrimas salió de mis ojos al pronunciar estas palabras: un torrente de lágrimas dulces, como son siempre las del agradecimiento. Después, más sereno y animoso, senteme en el fatal banquillo, y seguí contemplando la ciudad, que empezaba a romper las brumas que la envolvían para recibir de nuevo las caricias del sol.
Tengo que enseñarle unas pinturas que no conoce. La de Grevillois hizo entrar a la señora Schwartz en el comedor y yo seguí a Luciana a su cuarto, un cuartito muy modesto con ventana a un patio estrecho que parece un pozo. Por fortuna, como viven en el último piso, reciben la luz por encima de los tejados próximos.
La luz de dos quinqués que ardían sobre una mesa debajo de los arcos y las bujías del piano no llegaban a esclarecer enteramente el centro, donde las sombras se espesaban, gracias al follaje de los arbustos. Siéntese usted bien, Sanjurjo me dijo, llamándome ya por mi nombre. Yo, sin comprender por qué estaba mal sentado, hice un movimiento y seguí en la misma posición.
Yo seguí tu humor al principio, fingiéndome brahman, pero, en lo tocante a nobleza no fingí nada. ¿Quién te ha dicho que un judío no puede ser noble? ¿De dónde infieres que tengo yo menos cuarteles que tú?
Palabra del Dia
Otros Mirando