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Actualizado: 25 de mayo de 2025
La tía María bajó y levantó la cabeza en señal de satisfacción. En todo esto no veo motivo para que te hayas vuelto tan deprisa y tan azorado dijo Dolores. Ya voy, ya voy, que no soy escopeta repuso Momo . Cuento las cosas como pasaron.
El Rey pregunta cuya es la posesión en que se encuentra, averiguando que es de Don Tello, y, después, siguiendo la conversación, que es un grande orgulloso y rebelde á la Corona, y la infamia cometida con Leonor y Don Rodrigo, y se obliga á dar satisfacción á ambos, porque su posición al lado de Don Pedro el Justiciero es de alguna importancia.
¡Dolón, dolán, dolén, dolán, dolón! ... que ya se oyen los cencerros de la cabaña y hasta se ve el polvo que levanta. Ha llegado el día anhelado, y el pueblo sale á recibirla hasta la portilla de la llosa, ó de la pradera en que, por de pronto, ha de entrar para que se cumplan las formalidades que van ustedes á conocer. La gente viste de media gala, y se halla poseída de la más viva satisfacción.
Su estómago repleto le saludaba con eructos de satisfacción. ¡Vida más hermosa!... ¡Tío Chispas!... Un cigarro. Ven por él. Juanillo corrió por la borda del lado contrario al viento. Era un momento de calma, y la vela rizábase con fuertes palpitaciones, próxima a caer desmayada a lo largo del mástil.
Entonces se oyó otra vez, aunque muy lejano, el mismo ruido de voces, que hizo salir del club á toda la concurrencia. "Creo que piensan allanar la casa de Toreno. Bien: me alegro dijo el viejo con siniestra satisfacción. Veo que empiezan á devorarse unos á otros. No podía suceder otra cosa. ¡Oh!
Eran el doctor Zurita, el obispo, el abate francés, el conferencista italiano y Ojeda. ¡Y qué de títulos!... El obispo era Su Grandeza, Zurita Su Excelencia, y Ojeda, por ser algo, aparecía con el título de doctor. Pero ¡qué graciosos estos gringos! Reía Zurita con una mezcla de burla democrática y satisfacción infantil.
Y nuestras abuelas no sentían los estremecimientos que produce el aire al calar nuestros huesos. El diablo de la moda las hacía resistentes al frío, al viento colado, a la intemperie; porque el diablo, junto con un traje para congelarnos, nos da la calefacción del orgullo, de la satisfacción, del íntimo contentamiento de ir peripuestas con arreglo a los últimos cánones y pragmáticas del lujo.
La verdad es que en el fondo del alma sintió aquella satisfacción dulce y apacible que en las novelas románticas experimentan las zagalas galanteadas por grandes y poderosos señores. El diálogo terminó así: ¡Válgame Dios, y qué formal se pone usted para decirme esas cosas! ¿No conoce usted que todo eso tan fino se despega de estos sitios?
Juan entró. La salida de aquel señor le produjo en un instante dos sentimientos distintos que se sucedieron con brevedad. El primero fue algo de enojo, el segundo satisfacción de que el acaso le proporcionase un buen apoyo para el rompimiento que deseaba... «Me parece que yo conozco a este señor tan terne.
Otros mostrábanse malhumorados y negaban rotundamente cuando se les suponía tal origen; pero él lo ostentaba con cierta satisfacción, como queriendo hacer de ello un título de gloria. Nada debo a nadie exclamaba al regañar a sus dependientes . A mí nadie me ha protegido. Los míos me dejaron como un perro en medio de esa plaza.
Palabra del Dia
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