Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 6 de mayo de 2025
10 No será mudado ni trocado, bueno por malo, ni malo por bueno; y si se permutare un animal por otro, él y el dado por él en cambio serán del santuario. 11 Y si [fuere] algún animal inmundo, de que no se ofrece ofrenda al SE
Descendimos de la torre de la Vela para entrar al santuario del arte voluptuoso de los orientales, haciendo el mas raro contraste con el palacio de Cárlos V. ¡Qué de páginas de civilizaciones distintas, trazadas con piedra sobre una misma colina! Asi, en solo un espacio reducido, cuántas razas y civilizaciones distintas tienen su representacion!
Echáronse todos encima con grande furia y él comenzó a soltar a diestro y siniestro enormes desvergüenzas, mientras Currita, con altivez de reina ofendida, llamaba a Fritz el lacayo y dábale orden de ir al punto a Loyola para anunciar al superior que la señora condesa de Albornoz iría de dos y media a tres a visitar la casa y el Santuario.
Los Ingleses, muy al contrario de sus rivales de Francia, han tenido el buen juicio de comprender que las fortalezas no deben estar al lado de las fábricas, las academias y los monumentos de la civilizacion, porque hay un poder que defiende mejor que todos los cañones el santuario de una ciudad ilustre y los tesoros del arte, de la industria y del comercio; ese poder es el de los intereses sociales apoyados en la libertad.
Al llegar Rafael a la plazoleta de la ermita, descansó de la ascensión, tendiéndose en el banco de mampostería que formaba una gran media luna ante el santuario. Reinaba allí el silencio de las alturas. Los ruidos de abajo, todos los rumores de vida y labor incesante de la inmensa llanura, llegaban arrollados y aplastados por el viento, cual el susurro de un lejano oleaje.
Los negros muros y el romántico campanario de la iglesia, unen en verano el umbrío fresco de su sombra a la sombra de la cerca de avellanos, dando a aquella parte del jardín un aspecto especial de oscuridad y recogimiento como la melancolía de un santuario. Este era el lugar predilecto de nuestra madre durante las cálidas horas del mediodía en la estación de las recolecciones.
El misterioso cocal, siempre cuidado y atendido, la correcta escultura escondida tras los muros del modesto santuario, el antiguo bastón de mando á los pies de la imagen, el laconismo de la jeroglífica cifra, y más que todo, aquel 8 de Enero de 1720, en cuya fecha seguramente se compendiaba alguna ofrenda conmemorativa de pasados sucesos, embargaban fuertemente todo mi ser.
Cuando se levantaba, en la tranquilidad profunda de la mañana, miraba afuera las zarzas cubiertas de rocío, y las matas vigorosas de hierbas; no veía nada que pudiese tener relación con aquella vida concentrada en el Patio de la Linterna, aquella vida que antes era el santuario de las altas dispensaciones en su favor.
A la puerta del santuario, en el atrio y también a la puerta del convento, guardaban los caballos de los reyes y de su séquito, custodiados por pajes y lacayos y por buen golpe de lanceros de la guardia del Rey.
Luego sobreviene la humanidad, de más amplia visión, que cambia el significado de la obra y la engrandece, despojándola de su primitivo egoísmo. Las estatuas griegas, modelos de suprema belleza, habían sido en su origen simples imágenes de santuario regaladas por la piedad de las devotas de aquellos tiempos.
Palabra del Dia
Otros Mirando