United States or Zimbabwe ? Vote for the TOP Country of the Week !


Que en el puerto entran muchas ballenas; que vió una salina de sal de piedra de 4 ó 5 leguas de circunferencia; que en aquella costa hay ricos y abundantes pescados y mariscos, y que aquel campo abunda de liebres, huanacos y leones, de que se sustenta aquel destacamento.

Las noches de julio y agosto, ardientes, y que se prestan poco al sueño, suelen pasarse agitadas, pensando en esas quimeras. Si la señora se levanta tarde, esto ocasiona más molestia que de costumbre, pues en tal caso, el baño, en vez de refrescar, añade la irritación salina al calor canicular. De manera que no ha recobrado la fuerza de la juventud, sino el hervidero.

Admite, pues, y conserva perfectamente las más finas y delicadas labores, y de aquí la riqueza de obras platerescas que acabamos de enumerar y las muchas que no hemos citado, todas las cuales parecen recién hechas en sus menores tallas, sin embargo de estar á la intemperie: de aquí también aquellas afiladas aristas de las esquinas de la Casa de las Conchas; aquella tersura de sus muros, que parecen bruñidos; aquellos atletas, de tan admirable musculatura, de la Casa de la Salina; aquella férrea solidez de la Catedral Fuerte, ó sea de la Catedral vieja; aquellos primores del patio del Colegio del Arzobispo, y tantos y tantos otros prodigios de escultura y arquitectura como ve el viajero en todas partes.

»La Casa de la Salina se fundó en los últimos años del siglo XV, en que tuvo lugar la tradición referida. Los escudos de cinco estrellas que en la fachada, en el interior y por todas partes del edificio se encuentran, no dejan lugar á dudas sobre la familia á que pertenecía el fundador. El escudo es de los Fonsecas.....

Sea de todo ello lo que quiera, y ciñéndome yo á mi papel de cronista y de fotógrafo, diré que la Casa de la Salina, en medio de lo mucho que la han deteriorado el abandono en que estuvo largo tiempo y el bajo empleo á que se la destinó después, y no obstante las recientes profanaciones de que ha sido objeto al tratar de convertirla en casa moderna, cerrando nobilísimos arcos y poniendo en su lugar puertas, balcones, ventanas y todo un entresuelo, conserva aún, por dentro y por fuera, columnas, medallones, arcos, bustos, estatuas, mensulones, cornisamentos, escudos y centenares de figuras de animales fantásticos y caprichosos, que son otras tantas maravillas.

El puerto denominado de San Antonio en el nuevo plano, se debe examinar, observando con exactitud sus bancos, escollos, fondo y canales; porque poblándose entre los dos rios mencionados, ó en alguno de ellos, podrá venir á ser muy útil el cubrir y asegurar tambien este puerto; y mas, siendo el camino como refiere el mismo Padre en su diario, en el dia 29 de Mayo, que es el siguiente: "Quede pues sabido para todos, que este camino desde las Salina del Volcan hasta cuatro leguas mas hallá del Arroyo de la Asumpcion de donde nos volvimos, que por tierra adentro es cosa de 70 leguas, es camino no solo de cabalgaduras sino tambien de carretas, sin pantano alguno, con pasos por los rios, aun por los dos grandes de las barrancas, con leña para pasar: porque, aunque en algunas partes hay muy poca, se puede cargar donde la hay; con abundancia de agua: de manera que casi siempre se puede hacer mediodia en un arroyo y noche en otro.

La primera cosa que hicimos, fué de ir en busca de las salinas y estuvimos dia y medio, antes que hallasemos la menor de las dos, y la grande la hallamos despues. Agua buena: no pudimos hallar mas que un pozito en el camino de la salina grande. Si llueve hay parage á donde el agua se junta, pero si no se toma pronto, se seca.

Cumplidos tan gratos deberes, fuimos á visitar, acompañados de los eruditos salmantinos que ya conocéis, la renombrada Casa de la Salina, sita en la calle de San Pablo, y llamada así por haber servido modernamente de almacén de sal.

Los personajes que entonces crea, exuberantes de vida poética, con cierta poesía salina y acre, tienen no qué grandiosidad y fiereza primitiva, crecida y educada con los arrullos y las tremendas caricias del mar resonante. Tremontorio y el Tuerto, el Lebrato y el Josco, son figuras de tal potencia y resalto, que en vano se les buscaría competidores aun dentro de las obras mismas de Pereda.

Las personas razonables, al llegar al puerto de mar, lo primero que deben hacer es aclimatarse, respirar: el mes de junio es excelente para el caso julio y agosto para tomar los baños; septiembre, y á veces octubre, procuran el descanso de los fuertes calores, dulcifican la excitación producida por la acritud salina, consolidan los resultados, y aun con sus frescos ventarrones acostumbran á los fríos invernales.