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Actualizado: 24 de junio de 2025
La cal de la pared, ennegrecida por la humareda del incendio, quedó jaspeada de manchas rojas, y rodeando al cadáver apareció un charquillo de sangre, que la tierra empapó rápidamente, cual si quisiera borrar el crimen de los hombres. En seguida el piquete se alejó, dejando allí dos individuos, en tanto que otra pareja iba al pueblo para ordenar que fuese sepultado el muerto.
Luego sube este término por la cumbre del monte que está delante del valle de Hinom hacia el occidente, el cual está al cabo del valle de los gigantes al norte; 9 y rodea este término desde la cumbre del monte hasta la fuente de las aguas de Neftoa, y sale a la ciudades del monte de Efrón, rodeando luego el mismo término a Baala, la cual es Quiriat-jearim.
Pasado un rato, Manolo se alejó de nuevo cautelosamente, y, rodeando el grupo, fue a situarse en el extremo opuesto. Desde allí lanzó otros tres lamentos como los anteriores, y el mismo ladrido atronador pobló el espacio respondiendo a ellos. La muchedumbre se alborotó nuevamente, pero con mucho mayor estrépito. Todos hablaban a un tiempo y lanzaban furiosas exclamaciones. ¡Esto es horrible!
Vió en la sala la multitud rodeando á Simoun, y contemplando la lámpara; oyó varias felicitaciones, exclamaciones de admiracion; las palabras «comedor, estreno» se repitieron varias veces; vió al General sonreirse y conjeturó que se estrenaría aquella misma noche segun la prevision del joyero y, por cierto, en la mesa donde iba á cenar Su Excelencia.
Y al decir esto corrió hacia una de las hayas que bordeaban el camino y prosiguió, rodeando casi con uno de sus brazos el robusto y argentado tronco: Un árbol sano y hermoso es para mí como una persona, como un hermano y hasta a veces me entran ganas de besarle...
Resuelta a hablar, y a hablar fuerte, una tarde que se hallaban todos reunidos en la habitación de Pilar, rodeando el sillón en que descansaba la enferma, abordó el tema de la testamentaría, quejándose de sus demoras y de aquella furia de vender que les había entrado; lanzó dos o tres saetazos dirigidos a Esteven con tanto acierto, que saltó el hombre descompuesto y con muy malos modos dijo que él no hacía sino lo que mandaba el juez, y que la culpa se la tenía él en haberse hecho cargo de tamaño lío.
Y no se crea que el mediquillo ejerce su noble profesión con el descreimiento del charlatán, no; la practica con la misma fe que el más concienzudo hombre de ciencia, rodeando todos sus actos de una solemne y cómica gravedad, tan rayana al ridículo, que no he podido menos de reirme siempre que he tropezado con alguno de esos pseudo enterradores.
Cuando caen enfermos, les piden salud y les ofrecen comidas, las que consumen en las sementeras y á la sombra del árbol llamado calumpang. Creen que las almas de los muertos vuelven á su casa al tercer día de su entierro, para visitar á la gente de ellas ó asistir á la ceremonia del tibao, que se reduce á tender un petate en el que esparcen ceniza, rodeando aquel de candelas amarillas.
Acercándose prudentemente oyó Roger los sonidos de una flauta y rodeando el vallado creció de punto su sorpresa al ver á dos jóvenes que, sin gran dificultad al parecer, se sostenían cabeza abajo sobre la hierba y tocaban sendas flautas, á la vez que imitaban con los pies los movimientos de la danza.
Dios os guarde, camaradas. ¡Una mujer, por vida mía! dijo al ver á la tía Rojana, que en aquel momento pasaba junto á él con un par de jarros rebosantes de cerveza. ¡Salud, prenda! y rodeando con su brazo el talle de la ventera, estampó dos sonoros besos en sus mejillas. ¡Ah, c'est l'amour, madame, c'est l'amour! tarareó.
Palabra del Dia
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