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Actualizado: 7 de junio de 2025


Lo que ocurría consistía en que mientras era libre ante los hombres, se había vinculado ante su propia conciencia, sin el auxilio del rito, pero con sinceridad completa. Cierto que se había puesto fuera de las leyes, pero con el fin de hacer que volviera a ellas quien las había abandonado y desconocido, y si había recibido de éste el ejemplo del mal, había sido por darle el del bien.

En esta sazon llamaron los señores del Santo Oficio á los rabís de la sinagoga de Toledo, para que jurasen en su presencia i segun el rito mosáico que delatarian al tribunal á cuantos judíos conversos hubieren persistido obstinadamente en judaizar, i además los conminaron con graves penas, i aun con la de muerte si faltaban á su juramento.

Y Olmedo lo hacía todo tan al vivo y tan con arreglo a programa, que se emborrachaba sin gustarle el vino, cantaba flamenco sin saberlo cantar, destrozaba la guitarra y hacía todos los desatinos que, a su parecer, constituían el rito de perdido; pues a él se le antojó ser perdido, como otros son masones o caballeros cruzados, por el prurito de desempeñar papeles y de tener una significación.

No habla con sus vecinos y come con una gravedad sacerdotal, lo mismo que si estuviese celebrando un rito. ¿Quién cree usted que puede ser?... Huye de la gente, y cuando yo le hablo en francés, que parece ser su idioma, me contesta con mucha cortesía, con demasiada cortesía, y de repente se aleja muy estirado, como si existiese entre nosotros una diferencia social que no permite la familiaridad... ¡Y vaya usted a adivinar, con esa cara afeitada que lo mismo puede ser de magistrado que de cómico, sacerdote o mayordomo de casa grande!... Yo lo encuentro lúgubre como un doctor de los cuentos de Hoffmann.

1 Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos: Que si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos. 2 Así que, suscitada una disensión y contienda no pequeña a Pablo y a Bernabé contra ellos, determinaron que subiesen Pablo y Bernabé a Jerusalén, y algunos otros de ellos, a los apóstoles y a los ancianos, sobre esta cuestión.

Allí millares de vidas humanas eran trituradas por Jehová para salvar un rito o expresar un precepto. Para Vargas Orozco los hombres eran comparables a vasijas de barro, las cuales no valen sino por lo que guardan, y que, una vez que se impregnan de una materia corrupta, conviene destruirlas y hacer otras nuevas.

Los demás ex románticos, entre toses y largos intervalos de silencio que parecían parte del ceremonial de un rito misterioso, soñoliento, hablaban en la semioscuridad gris, fuera del mostrador, y repasaban sus comunes recuerdos. ¿Quién vivía en aquella plaza que tenían delante, el año cuarenta?

El rito comenzaba. Un obispo acercose al altar. Los diáconos le tomaron la admirable mitra cuajada de gemas simbólicas ofrecida por el Cabildo. Poco después densa nube de incienso ascendía en el espacio luminoso como en los primeros sacrificios de la Antigua Ley.

Aunque estaba vedado á los judíos ejercer el oficio de jueces, todavía en el reinado de Enrique IV eran mantenidos en él algunos de los hombres mas principales, entre los que á pesar de tantas persecuciones i de tantos tumultos populares contra sus personas i haberes, observaban el rito mosáico.

El andar tan sobre el pueblo en daño de los malaventurados judíos nació de las predicaciones que hacia el arcediano de Ecija en Sevilla don Fernando Martinez, en las cuales hablaba de las usuras que para mal de los cristianos llevaban en sus préstamos i ventas al fiado; i por último se servia de tan vivos colores al pintar las maldades de los observantes del rito mosáico, que muchos de la plebe, siempre novelera, viendo en la destruccion de estos un acto de piedad i un servicio hecho al Dios crucificado, los mataban en las calles sin temor i vergüenza, i con entera libertad.

Palabra del Dia

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