Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 12 de julio de 2025


Recordaban los rigodones en el pabellón de la Agricultura y los alegres valses en el del Comercio; pensaban en los trajes que les había traído la modista francesa, y que guardaban intactos para dar golpe en la Alameda en la primera noche de feria, y hasta sentían su poquito de maligna alegría considerando el efecto que su elegancia causaría en las amigas.

Otros tantos pollos dando vueltas en la antesala, el aire triste, la mirada opaca, abrochándose mutuamente los guantes con las horquillas de sus hermanas. Generalmente eran los mismos. Cada pollo bailaba dos o tres polkas, rigodones o lanceros con las hermanas de sus amigos.

Le placía que alabasen a Isabel, y se daba tono acompañándola en el paseo y bailando con ella todos los valses y rigodones que se tocaban en los saraos del Alcázar. Pero, cumplida la obligación del hombre formal, respiraba con libertad y me iba a buscar para jugar unas carambolas al billar, en lo que, sin duda, se deleitaba mucho más. Villa andaba celoso de esta nueva amistad.

La mayoría de los hombres, no obstante, había limitado el disfraz a la talma veneciana. La orquesta había tocado ya dos o tres valses y rigodones; pero nadie bailaba. Se esperaba la llegada de las personas reales para dar comienzo. Raimundo se deslizaba por todos los salones con cierta seguridad de favorito.

En los aristocráticos lapasan, se bailan habaneras y rigodones, se cantan trozos de ... cualquier cosa, y se bebe vino de Europa en vaso: mientras que en los lapasan tradicionales, en los puros tagalos, se empina coquillo, se baila cumintang, se canta cutang-cutang, se bebe en tabo, se come lechón, y por todo mantel está el verde césped, por todo tenedor los cinco dedos, y por todo pan sendas pelotas de morisqueta.

Si se había sonreído cuando besó un guante que le cayera; si se estaba al balcón a la hora que él pasaba; si le echaba miradas largas, intencionadas; si le había concedido dos rigodones y una polca en el último baile del Alcázar.

Los rigodones y el vals y la polca se van aclimatando; pero el fandango no se desterró todavía. Hasta las señoritas salen a hacer una mudanza, si las sacan y obligan en cualquiera fiesta campestre, y se mueven y brincan con gallardía y desenfado, y repiquetean con brío las castañuelas.

De todas maneras, figurándose con la abundante y poética fantasía que Dios le había dado, los rigodones en que había lucido garbo y talle, solía, en petit comité según decía terciar el manteo, colocar la teja debajo del brazo, levantar un poco la sotana y bailar unos solos muy pespunteados y conceptuosos, llenos de piruetas, genuflexiones y hasta trenzados.

En los fúlgidos salones los disfraces van bailando y ondulando, al compás de locos valses y corteses rigodones. Está lleno el gran palacio.

Por eso se le veía cumpliendo estrictamente los deberes del perfecto galán, paseando un par de horas por la mañana en la calle de Altavilla, donde vivía su novia, acompañándola los domingos en el paseo, sentándose a su lado en la tertulia de las señoritas de Meré o en la de Quiñones, y bailando con ella todos los rigodones en los saraos del Casino.

Palabra del Dia

buque

Otros Mirando