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Actualizado: 27 de julio de 2025
La tarde en que el carruaje de los Vegallana dejó al Magistral a la entrada del Espolón, paseaban allí muchos clérigos y no pocos legos de edad y respetabilidad, pero pocas señoras.
Aseguróle la vizcondesa que ella tenía amigos y parientes en importantes empresas financieras, y que no le sería difícil encontrar para él uno de esos empleos en que se pide más la respetabilidad que los conocimientos especiales. El marqués le dio las gracias, no sin enrojecer a su vez un poco, mostrándose cordialmente dispuesto a aprovechar sus buenos oficios.
La vida en los hoteles más caros, el automóvil por meses, los trajes de grandes costureros para la mujer y la niña, los veraneos en las playas de moda, el patinaje invernal en Suiza, eran para él una especie de uniforme de respetabilidad que le mantenía en el mundo de los poderosos, permitiéndole entrar en todas partes. Esta existencia me moldeó para siempre y ha influido en el resto de mi vida.
Jamás... Se va el dinero de las manos sin echarlo de ver. Entonces replicó la Melanval un poco extrañada no queda nada que sacrificar, pues la respetabilidad es necesaria. Como no sea el físico... Me es indispensable respondió sencillamente Petra. ¡Bah! ya irá usted rebajando, hija mía dijo la abuela con su dulce filosofía. Y quiera Dios que no sea tarde suspiró pensando en el teniente Cotorrac.
Maxi, que oyera desde la alcoba algunas palabras de este relato, llamó; y doña Lupe lo repitió en su presencia, añadiendo: «Es preciso que te levantes ahora mismo y vayas a ver a todas las personas que puedan interesarse por tu hermano, que bien ganado se tiene el achuchón, ¡pero qué le hemos de hacer!... Tú verás a D. León Pintado, para que te presente al Doctor Sedeño, el cual te presentará a D. Juan de Lantigua, que aunque es un señor muy neo, tiene influencia por su respetabilidad.
Y glosando allá en su imaginación el parrafejo, discurría de este modo... Si la señora condesa de Albornoz va a Loyola, es decir, al padre Cifuentes, y confiesa sus pecados y pide a Dios perdón de sus extravíos, o lo que es lo mismo, embauca a aquel varón respetable, diciéndole lo que le parezca y callándose lo que juzgue conveniente para ponerle de su parte... a la sombra de su respetabilidad, agarrada a su manteo, entrará en el gremio de las beatas aristocráticas y se abrirá paso, rosario en mano, por el atajo de la piedad, hasta el alto puesto de que la calumnia y la ingratitud la han arrojado.
La primera noticia que Miguel tuvo del matrimonio de su padre se la dio el tío Bernardo, persona de extremada respetabilidad y carácter. Tomole de la mano gravemente momentos antes de comer, y le llevó a su escritorio, una pieza de aspecto sombrío, llena de cachivaches antiguos, grandes armarios de libros y cuadros al óleo que el tiempo había oscurecido hasta no percibirse siquiera las figuras.
Estoy en la de una persona de toda respetabilidad, hasta tanto que no se me conceda el más cordial beneplácito para unirme ante Dios al que ya es dueño de mi libertad. Si este mi deseo vivísimo les merece una respuesta favorable, diríjanmela por el correo, que yo cuidaré de recogerla en la lista.
No debía desesperarse el enorme bebé que se adormecía llorando sobre su hombro. Podía afirmar que había sido amado más que muchos otros. Primeramente, le había querido con una simpatía pálida y pasiva, porque era bueno con ella, porque la había sacado de su antigua vida de artista errante, dándola la respetabilidad y el bienestar de una mundana que se retira.
Se había casado por unir una gloria más á sus satisfacciones de triunfador; porque le halagaba emparentar con los que habían sido sus amos en Londres, y aquella señorita, de una aristocracia tradicional y rancia completaba la respetabilidad de su riqueza. Pero algo de amor había indudablemente en ello.
Palabra del Dia
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