United States or Comoros ? Vote for the TOP Country of the Week !


Socorred, señores, á un pobre peregrino, exclamó el viejo, que perdió la vista de sus ojos después de contemplar con ellos los Santos Lugares y que no prueba bocado desde hace dos días. Pues nadie lo diría al ver lo repleto y lucio que estáis, buen hombre, dijo Simón mirándole atentamente. Con esas ligeras palabras no hacéis más que aumentar mi pena, dijo el ciego.

El templo estaba repleto de fieles; sobre el altar figuraban en haz las banderas de Francia y las naciones aliadas. La muchedumbre implorante no se componía únicamente de mujeres.

¡Ah! ¿Conque escribirá? ¡Y á mi, qué me importa! Por dinero se hará escribir á esa individua todo lo que se quiera. ¿ Qué le cuesta eso? Se marchará con la música á otra parte llevándose el bolsillo bien repleto, y todo se reduce á cambiar otra vez de nombre. El mundo es grande.

Después, la rubia generala cantó con gracia, la «Femme a barbe»: y cuando el general marchó con su escolta cosaca hacia el Yamen del príncipe Tong, a informarse de la residencia de la familia Ti-Chin-Fú, yo, repleto y bien dispuesto, salí con Sa-Tó a ver Pekín. La vivienda de Camilloff quedaba en la ciudad tártara, en los barrios militares y nobles. Reina allí una tranquilidad austera.

El árbol de su existencia estaba todavía repleto de savia: aún le quedaban muchas primaveras de hojas, muchos estíos de frutos. Más tarde, tal vez; cuando fuese leña seca... Lo único positivo é inmediato que sacó de esta resurrección fué el convencimiento de su ignorancia y del vacío de su existencia. En el mundo había algo más que saber idiomas y el manejo de las armas y los caballos.

Despegábanse diariamente de la tierra europea algunos de estos monstruos, arañando la profundidad con las invisibles zarpas de sus hélices, repleto el vientre de carne humana estremecida por los espejismos de la esperanza.

En los primeros momentos, la contemplación le divirtió, como a cuantos miraban a la muchacha; pero eso duró poco, y no tardó en caer de nuevo en su mal humor. No tenía motivos para estar contento. Al contrario. Volvía del liceo, donde era profesor, cansado, con el estómago vacío; el tranvía estaba repleto, y no había posibilidad de sentarse y leer el periódico.

Murió su padre y se confesó con remordimiento que no lo sentía. Respiró con ansia y delicia el aire de la libertad. Hubo un momento en que la vida le pareció menos horrible; el mundo tuvo para él una dulce sonrisa. Fue cuando, el bolsillo bien repleto, se marchó a Madrid. Primero la ciencia le ofreció un consuelo y un entretenimiento.

Unas veces el escualo se quedaba abajo para siempre, enredado en una madeja de culebras blandas que le absorbían con glotona lentitud; otras llegaba á la superficie con la piel erizada de negros tumores huellas de unas ventosas grandes como platos , pero llevando el estómago bien repleto de carne gelatinosa.

Estaba seguro, porque se lo decía la conciencia, de que pocas horas más tarde, cuando el cuerpo estuviese repleto y la fantasía excitada por el vino y el café, y acaso por la música de Minghetti y Emma, de nuevo sería él aquel Bonifacio corrompido, complaciente, bien hallado con la especie de amor libre que se le había metido en casa.