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Que teniendo Dragut nueva cierta que nuestra armada venía sobre él, invió un portugués y otros renegados á Italia á saber lo que se hacía. Algunos dellos, como hombres pláticos en la lengua, entraron por soldados en las compañías que venían á servir en la jornada: éstos dieron siempre aviso en Trípol á Dragut, y en los Gelves iban cada noche á hablarle.

Usa Valencia otros modos En castigar renegados, No en publico condenados, Mueran á tosigo todos. Mas un moro viene aca, No estemos juntos aqui, Saavedra por alli, Yo y Sebastian por aca. Entranse. Salen AURELIO y IZUF. Trescientos escudos , Aurelio, por la doncella, Y estos al turco, que á ella Alma y vida le rendí, Y es poco, segun es bella.

Algunos que se huyeron del armada de los enemigos dijeron á D. Alvaro les habían dicho unos renegados, que se espantaban de nosotros, cómo no salíamos á ellos á medio día, que eran idos todos por aquellos jardines á sestear. Lo mismo decían los cristianos esclavos que salían á trabajar á las trincheas, y nosotros los víamos ir cada día desde el castillo.

Pero como á esto no se seguían los rápidos efectos que se deseaba, discurrió el cardenal Cisneros el arbitrio de inquirir quiénes eran los moros que eran renegados ó los hijos de renegados, para obligarlos á entrar en la religion cristiana, sirviéndose para ello de la violencia.

Como el Bajá con toda su armada se puso al derredor del fuerte esperando la venida de Dragut, el cual llegó con 16 galeras y galeotas de Trípol, y trajo 2.000 hombres, entre turcos y renegados y moros, y su artillería y municiones y vituallas, y en llegando se comenzaron á desembarcar, dos millas lejos del fuerte, hacia Poniente, con gran desorden, y así estuvieron dos días, hasta que se acabó de desembarcar todo lo que habían de sacar en tierra, en esto el Sr.

De cristianos cautivos se dejan tratar y comunicar, aun más de aquello que sería razonable; y a me hubiera pesado que él la hubiera hablado, que quizá la alborotara, viendo que su negocio andaba en boca de renegados.

Los historiadores árabes afirman que entre escuadrones y batallones, entre ginetes y peones, contaba el Amir mas de 400,000 hombres, repartidos del modo siguiente: 60,000 voluntarios, 300,000 reclutas, 30,000 negros con alabardas para la mas inmediata defensa de su persona, 10,000 ballesteros renegados, y últimamente muchos flecheros de las tribus zenetes, árabes y arábigo-berberiscas de Almagreb.

Nueve por diez de los que os presumís de ilustrados, sois renegados de vuestra patria. El que de entre vosotros habla ese idioma, descuida de tal manera el suyo que ni lo escribe ni lo entiende y ¡cuántos he visto yo que afectan no saber de ello una sola palabra! Por fortuna teneis un gobierno imbécil.

En 1876 la toma y ocupación de Joló por Malcampo concluyó con el más firme baluarte de la piratería, cuyos benéficos efectos se dejaron sentir en Mindanao, por ser éste el punto de donde recibían armas, municiones y cuanto necesitaban para sostener una resistencia tan prolongada como inútil: la hora de su destrucción había sonado, y ellos, fatalistas por temperamento y por religión, si por fanatismo no se entregan, el convencimiento de su impotencia los ha conducido á un extremo que tiene dos soluciones únicas y cuyo desenlace debemos acelerar: ó el exterminio por la guerra, que á más de ser inhumano y antipatriótico nos costaría mucha sangre y dinero, ó la atracción por medio de una bien entendida tolerancia político-religiosa: en este caso se necesita que en algunos puntos se trueque los fuertes en mezquitas, y la consignación cuantiosa de atracción y espionaje no se formalice en parte con haberes de astutos y pérfidos renegados, sino con la asignación fija señalada á sus panditas, puesto que rota la unidad política aquellas gentes no conservan otro lazo ni reconocen otra solidaridad que la religiosa, y ésta es en ellos fuerte é indestructible si no con la vida.

Ryp y van Stein, más tenaces, se quedaron allá; renegaron de su religión, y, convertidos al mahometismo, se casaron con moras, y eran los jefes de un aduar establecido en un pequeño oasis con unos cuantos pozos salobres, un bosquecillo de palmeras y acacias espinosas y arganes. Los dos renegados y los moros nos llevaron a Smiles, Allen y a prisioneros a su aduar.