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Actualizado: 7 de julio de 2025
Mas su caridad no termina allí; muertos ya procurará enterraros con toda pompa, luchará para que vuestro cadáver pase por la iglesia, reciba los sufragios y solo descansará satisfecho cuando os pueda entregar en manos del Criador purificados aquí en la tierra, gracias á temporales castigos, torturas y humillaciones. ¡Conocedores de la doctrina de Cristo que cierra el cielo á los ricos, ellos, nuevos redentores, verdaderos ministros del Salvador, inventan todas las astucias para aligeraros de vuestros pecados, vulgo cuapì, y los trasportan lejos, muy lejos, allá donde los condenados chinos y protestantes viven, y dejan esta atmósfera límpida, pura, saneada, de tal modo que aunque quisiéramos despues, no pudiésemos encontrar un real para nuestra condenacion!
Pues yo me río de ellos y de sus azotes, salmos y melindres, dijo Tristán. ¿Á quién aprovecha la sangre que derraman? Déjate de simplezas, Roger, que después de todo esos frailes pueden ser muy bien como algunos que tú y yo conocemos, ¿eh? Más les valiera dejar tranquilas sus espaldas y no meterse á redentores sino ser algo más humildes, que á la legua se les trasluce el orgullo.
Cervantes era del número de los esclavos, que él quería llevarse, y ya había subido á la galera, pronta á hacerse á la vela, cuando llegaron los redentores en ocasión en que su rescate, caso de lograrse, no era ya posible.
Generación que naces poseída de nuevos entusiasmos y virtudes, y en el contacto de la nueva vida tus energías vírgenes sacudes; Viril generación, tú, que te empinas sobre el nivel de las doradas cuestas, y abriendo en cruz los redentores brazos, en un raudal de luces iluminas el éxito de tus pasadas gestas y el porvenir de los presentes lazos; depón el ceño, olvida los prejuicios de los antiguos días en que vives, ¡oh, tú, generación que te apercibes, una salmodia fraternal levanta, para más generosos sacrificios! y en medio de esta fatigosa fiebre un tierno epitalamio, que celebre la institución real y pontificia de esta Universidad tres veces santa, tres veces secular.
Y por eso los nombres De redentores fuertes Alientan á los hombres, Y cuando caen inertes Las almas se electrizan, Y gratas divinizan Su nombre y su laurel. Vuestros restos divinos Son nítidas lumbreras, Que alumbran los caminos De edades venideras, Por donde ardientemente La juventud valiente Se lanza al porvenir,
Familias enteras que sólo salían a luz en las grandes festividades estaban allí desde las dos de la tarde, viendo pasar procesiones y más procesiones; mantos de Virgen, de aplastante suntuosidad, que arrancaban gritos de admiración por sus metros de terciopelo; Redentores coronados de oro, con vestimenta de brocado; todo un mundo de imágenes absurdas, en las que contrastaban los rostros trágicos, sanguinolentos o lloriqueantes, con las ropas de un lujo teatral cargadas de riquezas.
Caballeros de la fe en Rodas y en Jerusalén; holocausto de la fe entre los idólatras; conservadores de la cultura en toda Europa y propagadores de la moral en ambos hemisferios; artistas y literatos en la China; legisladores en el Paraguay; instructores de la juventud en las grandes ciudades y patrones de los peregrinos en los bosques; hospitalarios en el monte de San Bernardo, y redentores de cautivos en Argelia, yo no sé si las malas acciones que se les atribuyen podrían contrapesar tantos servicios; pero se me ha demostrado que una institución perfecta sería contradictoria a nuestra esencia, y que si es verdad que las asociaciones monásticas no carecen de inconvenientes, es porque el genio del mal ha impreso su sello en todas las creaciones humanas.
Digo no más... porque veo que él cambia por instantes... y no para mejorar... y además yo no encuentro la causa de este cambio, que a mí me parece de muy mal aspecto... Sí... realmente... pero... ¡en fin!... yo me encuentro perplejo, no sé qué partido tomar... Yo pienso que lo discreto es no meternos a redentores; si a él le gusta la vida que está haciendo, ¡que la haga!
La crítica social tu libro entraña, ideal de sociólogos profundos. ¡Cervantes, loor a ti, gloria a España, la que fué soberana de dos mundos...! Santa es tu obra y exije sacrificios, padeciste por ella mil dolores; ¡salvar a las naciones de sus vicios es misión de los grandes redentores!
Palabra del Dia
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