Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 9 de mayo de 2025
Se marchitó como rosa Que su perfume derrama, Como fosfórica llama Un solo instante vivió; Porque faltaba á su alma El aire puro del cielo, Y tomando raudo vuelo Otra atmósfera buscó. Aquellos dos pensamientos Su vida simbolizaban, Ó quizá identificaban Su vida, su alma y su ser, Porque apenas en su pecho Hallaron tibia guarida, Pálida y desfallecida Bajó la marchita sien.
En indescriptible pánico el cataclismo volcánico con raudo impulso titánico avanza, la campanada alarido es de terror; sigue el bronce, sigue el bronce con su clamoroso estruendo diciendo cuál crece el peligro horrendo, cuál se inflama la llama, y la Luna como forma de sangriento tabernáculo, alumbra el rojo espectáculo en su fantástico horror.
En las vertientes, en los repliegues de las montañas, en las espesuras del valle, fulguraban las hogueras. La noche obscurecía los matorrales cercanos; llegaban hasta nosotros el mugir de las reses y el tomear de los vaqueros; un ejército alado cruzaba los espacios raudo y vibrante, y en el cielo sin nubes brillaba la triste luna con apacible claridad.
Murió Alejandro; y a su gran pujanza estrecha fosa concedió la tierra, y él y su lanza y su poder temido se hundieron en la sima del olvido. Cruzaron el espacio en raudo vuelo las águilas que Roma ostentó un día; cuanto cobija el anchuroso cielo sintió de su poder la tiranía.
Imaginóse que ella y Pedro no llegaban del lodazal de la tierra, sino de los espacios lumbrosos que los rodeaban. Habían atravesado en raudo vuelo el éter, y vinieron á posarse como dos pájaros celestes sobre aquella roca. Pero no tardarían en alzarse de nuevo para sumirse otra vez en los senos azules del firmamento y alcanzar otros sitios de mayor gloria.
El joven, sin quitar los ojos de la puerta, abrazó el talle de la bordadora, lanzándose con ella en raudo vuelo por la sala. Otros jóvenes, no menos raudos, venían del lado opuesto, y ¡claro! un choque primero, después otro y después otro. Tales encuentros eran un atractivo más en aquellos bailes.
La aurora divina, escalando las alturas de la sierra lejana, cruzando con vuelo raudo la llanura, levantaba con sus rosados dedos las cortinillas del carruaje y esparcía una tenue y discreta claridad, sin que él hubiese dejado de pensar en su dicha. Esperancita abrió los ojos y le dirigió una tierna sonrisa de amor, que hizo vibrar hasta las últimas cuerdas de su alma poética.
Todo el pais estaba cultivado no ménos para recrear el gusto que para satisfacer las necesidades; en todas paftes lo útil se maridaba con lo agradable; víanse los caminos reales cubiertos, ó por mejor decir ornados de carruages deforma elegante y luciente materia, y dentro mugeres y hombres de peregrina hermosura: tiraban con raudo paso de estos carruages unos avultados carneros encarnados, muy mas ligeros que los mejores caballos de Andalucía, Tetuan y Mequinez.
Una vez comprobadas estas preciosas observaciones, se apresuró a formularlas por escrito en su cuaderno de notas. Mientras D. Pantaleón se alzaba de golpe con raudo vuelo a las esferas más altas del pensamiento, su amistad con Adolfo Moreno, origen de este memorable suceso, se estrechaba cada vez más. Moreno comenzó a visitar la casa; se pasaba las horas encerrado con aquél en su gabinete.
Con los ojos atónitos sentía más que veía el raudo cruzar de los objetos por delante. Todo huía, todo se escapaba causándole una extraña impresión de desquiciamiento universal. El mundo se deshacía, se evaporaba, rodaba vertiginosamente a los abismos de la nada. ¡Todo es nada! ¡nada! ¡nada! repetía sin cesar con voz ronca.
Palabra del Dia
Otros Mirando