Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 8 de julio de 2025
Algunas también, para dar ejemplo de humildad, caminando sobre las propias piernas. Pablo se acercó a su familia, retorciéndose de risa. ¿Qué te ha pasado? le pregunta doña Paula, sonriendo también. Hemos seguido a Periquito a la cazuela y le encontramos mano a mano con Ramona dijo el joven, acercando la boca al oído de su hermana Ventura. ¿Sí?... ¿Qué le decía? preguntó ésta con gran curiosidad.
Entretanto, Melchor cruzaba campos, llevado por su zaino, cavilando sobre la conducta de Lorenzo y Ricardo, que así se resistían a acompañarle en la tarea que iba a desempeñar. Cuando llegó a casa de Anastasio encontró a Ramona poniendo agua a las gallinas. ¡Don Melchor!... ¡Ave María!... ¡Qué sorpresa... y cuánto gusto!... ¿Cómo le va, Ramona?
¿Y doña Ramona?... Ché, Ricardo le interrumpió Melchor, repitiéndole al golpearle cariñosamente el muslo y mirándole fijo en sus ojos como para subrayar la intención de la frase: ¿Y doña Ramona?... ¿No es un consuelo?... Iba cayendo la tarde... El sol parecía hundirse entre montañas de nubes que él mismo pintaba con diversos tonos entre estallidos rectos de rayos rojos.
Y entretanto las cartas amantísimas de su madre eran contestadas de tarde en tarde y en breves líneas, y las cartas apasionadas y sinceras de su novia muchas veces las leía Ramona antes que él y las de sus amigos no merecían en muchos casos más que una mirada de burla o de encono...
Sí..., ¿para qué? repetía desde su silla con voz de sepulcro doña Ramona, que, si ya no se llamara la Esfinge, hubiera habido que llamárselo desde entonces, al verla tiesa, pálida, inmóvil y misteriosa, clavada en su asiento como escultura egipcia en su pedestal.
¡Para servirlo!... ¿Y qué milagro?... ¿Solo?... ¿Qué lo trae por aquí?... Solo, sí, Ramona... ¿Y Anastasio?... Salió ayer, don Melchor, y no ha vuelto... quién sabe «ande esté». ¿Y usted está sola?... Sólita... así es. El muchacho anda por ahí... salió a recorrer... ¿Y no quiere «entrar adentro»?... aquí hay «resolana»... para usted.
En el caso de La sima, la docilidad de Ramona raya en tontería y en poco verosímil debilidad de carácter; pero menos verosímil es aún que D. Felipe, padre de ella, que debía de ser muy experto en crematística, no prevea la ruina de su yerno, y, por consiguiente, de su hija, y no procure evitarla. La única que lo procura es la madre, y la madre muere de un sofocón.
No digo que Nicolasa, la madrastra de la marquesa Ramona, sea una criatura inverosímil de puro mala. Hay o debe de haber muchas Nicolasas en la vida real y en la sociedad en que vivimos.
Y a la noche tercera luché todavía; me había engañado; el premio me costó batalla nueva, y sólo pude recogerlo entre molestias sin cuento, por culpa del maíz deleznable, curioso, importuno, entremetido. Ramona, ya rendida, se quejaba también.
Vestida con sus mejores trapitos y ceñida la cintura con una faja negra que sobre la bata blanca marcaba nítidamente el límite de su robusto talle, se aproximó cautelosamente mirando hacia el comedor y al estar casi junto a Melchor le dijo: ¿Ha visto lo que ha hecho Anastasio?... Eso no tiene importancia, Ramona, Anastasio estaría borracho...
Palabra del Dia
Otros Mirando