Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 4 de junio de 2025
Y ciento diez, ciento y trece justos ... hasta doscientos que debían de ser, ¡tiña!, mira si me falta dinero.... Y no te canses, Bolina, que cuando yo digo una cosa, ¡tiña!... Pero, peazo de animal, déjame acabar.... Si too lo embrollas. ¿Quién te ha dicho á ti que ciento diez riales y tres duros son ciento y trece riales?
Lo mesmo que endenantes, ¿lo ves?...; hasta diez que han de ser ... ¡si cuando yo digo una cosa! ¡Mal rayo te parta! ¿Pues no te he dicho que había que desquitar treinta riales que debías en la taberna? Sí. Pus esos treinta que te faltan hasta los doscientos, son los que te dieron de menos.
Si no dices más que eso.... ¿No ajustemos endenantes la cuenta más de treinta veces? ¿No viste que no te faltaba ná?... Sí; pero en casa lo he pensao mejor, y no hay quien me saque de que aquellos treinta riales.... ¡Dale con los treinta riales! ¿No te correspondían á ti diez duros por la costera de la semana? Sí.
En la imprenta todo anda como siempre... Como no sea por lo del cura... ¿Qué dices de imprenta? ¿Qué imprenta es esa? ¡Toma! ¿Cuál ha de ser? La nuestra, es decir, la del señor Millán. ¿De modo que el señorito trabaja también en la imprenta? Como que es el primer corretor y le dan deciocho riales, y eso que no va más que por las noches. ¿No lo sabía Vd.?
Después de subirse hasta un pueblo que le llaman Lila, volviose a Marsella y a Cette, donde se embarcó para Valencia. «Y en Valencia encontraste a la Nicolasa, con quien veniste por badajes, que vos daban los aiuntamientos, con dos riales de tapa dijo la Petra , y de Madrid vos fuisteis a los Portugales, y tres años te duró el contento, camastrón, hasta que la golfa se te fue con otro.
¡Después que se le había podrió la maera, tiña! ¡Me valga Dios, qué pícara!... ¿Qué va á ser de estas criaturas el día que la suerte me saque de casa!...; porque el demonio no tiene por ónde desechar á esta mujer. La semana pasá la entregué veinticuatro riales pa que vistiera á los hijos...; ¿usté los ha visto?: pos tampoco yo. La borrachona los consumió en aguardiente.
¡Vaya si golía!... Los cazolones los tiene en ca el sacristán. Allí vienen y se los llenan, y hala con todo para Cuatro Caminos. El marido... añadió la Burlada echando lumbre por los ojos , es uno que vende teas y perejil... Ha sido melitar, y tiene siete cruces sencillas y una con cinco riales... Ya ves qué familia.
¿No nos habían emprestao á ti, al mi hijo y á mí, un barril de parrocha en la taberna del Estrobo? Sí. ¿No costaba el barril setenta y dos riales? Sí. ¿No te corresponden á ti veinticuatro? Sí. ¿No debías además en la taberna, primeramente treinta cuartos de café y copas, y luego dos riales y medio emprestaos? Sí. Pus veinticuatro y seis, treinta. ¿Cuánto tienes tú?
La mujer contó los cuartos sobre la mantilla, redújolos á montones de á treinta y cuatro cada uno, y levantándose en seguida, dijo en alta voz, con cierto retintín: Aquí no hay más que veintiocho riales. Yo he echao.... Y yo.... Y yo.... Y yo ... fueron diciendo todas las personas de los dos corrillos.
El Guarro sacó de la chaqueta con aire de triunfo, media cucharilla de plata. ¿Qué valdrá eso? Seis u siete ríales. Pues al café. Recogieron el fruto de su trabajo, dividiéronse en los sacos el peso, y atravesando barrios enteros, después de matar el gusano en una taberna, fueron a salir por rondas y afueras más allá del Cristo de las Injurias.
Palabra del Dia
Otros Mirando