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Actualizado: 17 de mayo de 2025
Pues te hago saber que yo soy, como vees, un escudero; mas ¡vótote a Dios!, si al conde topo en la calle y no me quita muy bien quitado del todo el bonete, que otra vez que venga, me sepa yo entrar en una casa, fingiendo yo en ella algún negocio, o atravesar otra calle, si la hay, antes que llegue a mí, por no quitárselo.
La dificultad está en las dos partes restantes, es decir, en los trapecios á que se reducen los dos paralelógramos quitado el triángulo comun.
Si hubieses llegado hasta aquí, si hubieses contemplado con refinada crueldad mi vergonzosa muerte, yo te juro que al tornar a casa no serían tan serenas tus miradas como lo son ahora, ni el beso de la hija o de la esposa te sabría tan dulce. Mi agonía te hubiera quitado el sosiego, te hubiera envenenado el alma por algunas horas.
La Maritornes entró toda apresurada y solícita con dos sillas de pino. ¿Qué quieren vuesas mercedes? dijo el hombre, que se había quitado la gorra. Vino, mucho vino dijo la Dorotea. Sólo tengo blanquillo de Yepes. Sea el que quiera. El hombre salió. No os conozco, Dorotea dijo Quevedo. Tampoco yo me conozco á mí misma. Mirad que el blanquillo de Yepes es muy predicador. No importa.
"En recibiendo ésta, daréis a ese pobre labrador la mujer que le habéis quitado, sin réplica ninguna; y advertid que los buenos vasallos se conocen lejos de los reyes, y que los reyes nunca están lejos para castigar los malos. El Rey." Hombre, ¿qué has traído aquí? SANCHO. Señor, esa carta traigo Que me dió el Rey.
Dijimos al final del capítulo LV, que cuando Casilda, la doncella de Dorotea, anunció á su señora la llegada del duque de Lerma, la Dorotea escondió á Quevedo en su dormitorio, á fin de que pudiese oír su conversación con el duque de Lerma, y que luego, quitado de en medio cuanto podía parecer extraño al duque, se sentó en el hueco de un balcón, y se puso á estudiar su papel de reina Moraima.
-No sé yo cómo se llama -replicó Pedro-, mas sé que todo esto sabía, y aún más. «Finalmente, no pasaron muchos meses, después que vino de Salamanca, cuando un día remaneció vestido de pastor, con su cayado y pellico, habiéndose quitado los hábitos largos que como escolar traía; y juntamente se vistió con él de pastor otro su grande amigo, llamado Ambrosio, que había sido su compañero en los estudios.
Oiga usted, amigo dijo al cabo con mal humor un presbítero que reventaba de gordo y se había quitado el alzacuello para comer mejor. ¿Es usted el encargado de las cédulas personales? Sánchez le miró estupefacto. ¿De las cédulas?... No, señor.
La invitación no era para rehusada; volvieron á llenarse los jarros y bebieron á la salud del alegre arquero, á quien rodearon todos, á excepción de algunos leñadores y pecheros que vivían lejos y muy á su pesar tuvieron que abandonar la venta. El recienllegado se había quitado cota, casco y manto y puéstolos sobre sus fardos, junto con la espada, arco y flechas.
Sacado han de su pérdida ganancia, Quitado te han el triunfo de las manos, Muriendo con magnanima constancia. Nuestros disignios han salido vanos, Pues ha podido mas su honroso intento, Que toda la potencia de Romanos. El fatigado pueblo en fin violento Acabó la miseria de su vida, Dando triste remate al largo cuento.
Palabra del Dia
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