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Actualizado: 18 de mayo de 2025


13 Después le presentaron el holocausto, por sus piezas, y la cabeza; y él hizo perfume sobre el altar. 14 Luego lavó los intestinos y las piernas, y los quemó con el holocausto sobre el altar. 16 Y ofreció el holocausto, e hizo según la ordenanza. 17 Ofreció asimismo el presente, y llenó de él su mano, e hizo perfume sobre el altar, además del holocausto de la mañana.

3 Quemó también incienso en el valle de los hijos de Hinom, y quemó sus hijos por fuego, conforme a las abominaciones de los gentiles que el SE

21 Y dejaron allí sus ídolos, los cuales quemó David y los suyos. 22 Y los filisteos volvieron a venir, y se extendieron en el valle de Rafaim. 23 Y consultando David al SE

Angustias, no sea usted niña dije, comenzando, sin darme cuenta, a tratarla de usted . ¿Cómo puede creer que trato de hacerle mal? Al contrario: la llevo hacia la dicha, al encuentro de alguien que usted espera volver a ver hace varios años. La cerilla con que nos alumbrábamos me quemó los dedos. Pronuncié una exclamación adecuada, al arrojar la cerilla al suelo. Quedamos a oscuras.

Por ejemplo, narrando la historia de Mucio Scévola, yo terminaba así: Quemó su mano derecha para castigarla por haberse equivocado, lo que prueba que no era sino un imbécil. El cura que un momento antes me escuchaba con aire complacido, se estremecía de indignación: ¡Un imbécil, señorita! ¿y porqué?

Si la Inglaterra entera hubiese podido caber en el corazon de aquel hombre, la Inglaterra entera se hubiese quemado. Del fuego que ardia en aquel corazon, brotó una chispa, y esa chispa quemó una página de la historia del pueblo inglés. Napoleon es una página quemada de aquella historia.

9 Y quemó la Casa del SE

A las diez y media, cuando los campanarios de Villaverde soltaron el primer repique, encendimos el nacimiento, y los padrinos acostaron el niño en su lecho de pajas. Andrés quemó en el patio una docena de cohetes, y el pomposísimo distribuyó sus cucuruchos de confites. Ustedes perdonarán la cortedad... pero... ¡los tiempos no están para lujos!

Después, a modo de novio en víspera de boda, quemó en la chimenea varios retratos y un puñado de cartas, y, por último, llamó a Benigno, quien oyó con verdadero asombro estas palabras: Mañana temprano me pones encima de esa butaca un traje gris, de americana, la manta de viaje con las correas, una gorra y el gabán de pieles.

Dijo esto último con tal intención, que Fortunata, cuya ansiedad crecía sin saber por qué, vio tras el sabes una cosa una confidencia de extraordinaria gravedad. ¿Qué? Que te quemas. ¿Cómo que me quemo? Nada, mujer, que te quemas, que le tienes muy cerca. Te gustan las cosas claras, ¿verdad?, pues allá va. Volvió de Valencia muy bueno y muy enamoradito de ti.

Palabra del Dia

bagani

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