Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 19 de junio de 2025
Los dos primeros no le acertaron, pero dieron en el tubo, y el tercero rompió la botella en mil pedazos. Supuse que con aquello se daría por satisfecho, pero siguió disparando contra el tubo hasta vaciar su arma, el último de cuyos proyectiles me rozó los cabellos. ¡Ah del puente! gritó una voz con gran regocijo mío. ¡Un momento! exclamaron Ruperto y De Gautet, echando a correr.
Las mujeres le habían contado... él tenía un sueño pesadísimo... ¿De modo que no había sido nada?... Escuchó con los ojos bajos y los pulgares juntos el breve relato del señor. Luego fue a la puerta, para contemplar las huellas de los proyectiles. Un milagro, don Jaime, un verdadero milagro.
Al estrépito de los disparos alemanes se unían otras explosiones más cercanas. Adivinó los estallidos de los proyectiles franceses que llegaban buscando á la artillería enemiga por encima del Marne. Su entusiasmo empezaba á resucitar, la posibilidad de una victoria apuntó en su pensamiento. Pero estaba tan deprimido por su miserable situación, que inmediatamente desechó tal esperanza.
Los artilleros abandonaban las piezas para huir, en vista de que los armones llenos de proyectiles se inflamaban solos lo mismo que si fuesen volcanes, haciendo volar los miembros de los hombres despedazados.
Los rústicos proyectiles, a impulsos de un brazo débil, no llegaron a hacer la mitad de su camino. Luego, irritado por la despectiva serenidad de Febrer, que seguía adelante, el atlot, prorrumpió en amenazas. ¡Mataría al mallorquín! lo declaraba a gritos. ¡Que todos supiesen que él juraba el exterminio de este hombre! Jaime sonrió tristemente ante estas amenazas.
El amigo Gómez murmuró, como si empezase a perder la fe en el maestro: ¡Cuánta ceremonia para matarse dos hombres!... ¡Qué macana!... Isidro estaba conmovido realmente, con una emoción algo parecida al miedo. Estos desafíos arreglados a la ligera, por salir del paso, resultaban muchas veces los más trágicos. Un pavoroso presentimiento le avisaba que los proyectiles no iban a perderse.
Así pudieron los barberos continuar tranquilamente el rasuramiento de Edwin, dejando caer sus proyectiles de espuma densa, que al esparcirse sobre la tierra hacían saltar inquietos y asustados á los corceles de los guardias. Cuando dieron por terminada esta operación, se dedicaron al corte de los cabellos del gigante, trabajo más rudo y peligroso.
Estos cañones, fusiles, ametralladoras y demás herramientas mortíferas, así como grandes montañas de proyectiles, están guardados en los vastos gabinetes históricos de las universidades, y únicamente nosotros los conocemos.
Venían de la parte del Marne; su metal estaba abollado por los proyectiles; sus vidrios tenían roturas en forma de estrella.
Argensola iba de calle en calle siguiendo el revuelo del pájaro enemigo, queriendo adivinar dónde caían sus proyectiles, deseando ser de los primeros que llegasen frente á la casa bombardeada, enardecido por las descargas que contestaban desde abajo. ¡No disponer él de una carabina como los ingleses vestidos de kaki ó aquellos belgas con gorra de cuartel y una borla sobre la frente!... Al fin, el taube, cansado de hacer evoluciones, desaparecía. «Hasta mañana pensaba el español . El de mañana tal vez sea más interesante.»
Palabra del Dia
Otros Mirando