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Actualizado: 13 de junio de 2025


Un día profesaba una rica educanda de pocos años, desengañada del mundo; otro, una hija de familia se negaba a ir a pasar el domingo con sus padres por adornar un altar; ya una señorita manifestaba decidido propósito de acogerse al claustro; ya una de aquellas pobres obreras pedía como favor supremo ser adoptada en cualquier concepto por las santas Madres, Hermanas, o lo que fueran.

Ayudábala sin comprender en muchos casos adónde iba a parar, persuadida enteramente a que no iría por mal camino, pues tenía fe ciega en la discreción de su señorita. Más que cariño era una especie de idolatría la que le profesaba, donde se mezclaba la admiración de su belleza, el respeto de su talento y el orgullo de haber visto nacer y contribuido a criar aquel prodigio.

Navegó juntamente con él Roger algunos años, y ganó tan buena opinion en el ejercicio que profesaba, que la Religion le recibió por suyo, dándole el hábito de fray sargento, en aquel tiempo casi igual al de caballero.

»Expuso a sus colegas el motivo de la junta; les refirió la muerte de su esposa, la delicada constitución de su hija, los cuidados, las minuciosas precauciones de que había rodeado su vida desde el momento del nacimiento hasta el presente, y les enteró de los temores que a él le había inspirado al acercarse a la edad de las pasiones y del cariño que a me profesaba.

Tenia tratado el principal rebelde con este y otros indios los medios de sacudir el dominio español, en distintos viages que hizo por todas las provincias, para lo que le daba proporcion el oficio de arriero que profesaba.

Salomé profesaba mucho cariño á aquella prenda, porque le parecía que al ceñirla á su muñeca llevaba consigo un amuleto de perpetua juventud. Se te va á caer le dijo su tía, viendo cómo se balanceaba la prenda sobre el antepecho del balcón. No se cae dijo Salomé, que gustaba mucho de lucir en las grandes solemnidades aquel mueble hereditario, y creía que desde la calle hacía un efecto magnífico.

Era padrino de Baltasar el guardián de San Francisco, fraile de muchas campanillas y circunstancias, quien, aunque profesaba al ahijado gran cariño, echó un sermón de tres horas al informarse del motivo que traía en cuitas al mancebo.

Segundo, que dicho rey profesaba ciertamente la santa virtud de la caridad predicada por mi cura, puesto que amaba tanto a las mujeres. Tercero, que Ana de Pisseleu era una persona muy feliz, y que a mi también me hubiera gustado mucho, que un rey me diera un condado erigido en ducado, para serme agradable. ¡Bravo! exclamé lanzando el libro hasta el techo y recogiéndolo inmediatamente.

Dos o tres años antes de comenzar la acción de este relato tuvo don Juan que ausentarse de Madrid, y queriendo dar a Mónica una prueba del cariño que le profesaba, le regaló unos cuantos miles de reales, que ella invirtió en poner una casa de huéspedes, mas sin envilecerse guisando para ellos; antes al contrario, tomó cocinera que lo hiciese: de este modo se improvisó señora y no puso mano en cazuela a beneficio de quien acaso no supiese saborear su trabajo.

La reina Isabel, antes que su hija, estaba enterada de todo; conocia perfectamente el ardiente amor que esta profesaba á su marido, y presumiéndose que tal vez su partida seria el móvil principal de un gran escándalo, trató de evitar su marcha, aunque á costa de mucho trabajo. Conocia que las relaciones de amor de Felipe eran demasiado nuevas para que tan pronto pudiese haber un rompimiento.

Palabra del Dia

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