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Actualizado: 20 de julio de 2025
Sí, por cierto, contesto yo; admirablemente ejecutados; pero lo hábil de la ejecucion no quita al hecho su natural é inevitable extravagancia, porque es una cosa extravagante que el chocolate y el azúcar, objetos puramente privados, artículos puramente domésticos, se vean convertidos en sustancia artística.
En el bar de los salones privados esperará á los dos, para hablar de las condiciones del encuentro. Permanece inmóvil en su profundo sillón, frente á una ventana dorada por la luz del ocaso, en la que se tejen y destejen los hilos de sombra proyectados por el ramaje inquieto de los árboles. Le parece de pronto que su espera resulta demasiado larga.
Los moriscos, privados por la conquista de aquella fortaleza de su mejor defensa, deponen al fin las armas, y se acogen al perdón que el Rey les concede. Luis Pérez el Gallego. Este no es un drama, en el sentido rigoroso de la palabra, sino una serie de situaciones, enlazadas entre sí, de la vida de Luis Pérez, noble gallego, transformado en salteador por un concurso fatal de circunstancias.
A la misma hora en que tantos miles de seres morían en masa, borrándose pueblos enteros de la superficie del planeta, él vivía sometido á una mujer, y encontraba muy dulce esta servidumbre... Una tarde, en el bar de los salones privados, Alicia le habló con resolución. Necesitaba hacer el gran juego. Ya estaba harta de «trabajar» con pequeñas cantidades, consiguiendo ganancias modestas.
Ya no se defendía más que con la paciencia, y de tanto mirarle la cara a la adversidad debía de provenirle aquel alargamiento de morros que la afeaba considerablemente. La Venus de Médicis tenía los párpados enfermos, rojos y siempre húmedos, privados de pestañas, por lo cual decían de ella que con un ojo lloraba a su padre y con otro a su madre.
Muertas las Cortes, sofocada la independencia municipal desde Carlos I, absorbida la vitalidad de las villas y ciudades por el espíritu centralizador de los privados, y menospreciado el trabajo por la engañosa abundancia del oro que venía de América, nuestro poderío se desmoronó hasta quedar convertido en escombros lo que fue soberbio monumento.
Pero en todas partes hay buenas personas, y las buenas personas deben entenderse en estos momentos. ¿No lo cree así, patrón? La guerra halagaba sus aficiones igualitarias. Antes de ella, al hablar de la futura revolución sentía un maligno placer imaginándose que todos los ricos, privados de su fortuna, tendrían que trabajar para subsistir.
SITA. ¿No tienen por objeto restaurar los semblantes de los heridos en el rostro...? LA MARQUESA. ¡Eso es...! Veo que tiene usted ya conocimientos quirúrgicos. Siento que no nos hayan enviado heridos del rostro; como siempre, la generala se ha conducido tan torpemente, que nos vemos privados de tan interesantes heridos.
Fundado con el alto y cristiano pensamiento de educar y recojer á los infelices privados del esencial órgano de la vista, no pregunta á ninguno de sus patrocinados cual es su nacionalidad: admite y recoje á todos los ciegos que se presentan, de cualquier pais y religion que sean; tiene esa magnífica circunstancia.
Casi no tenía ya memoria; por lo menos olvidaba todo lo que no se refería a su amor. No se interesaba por nada; los asuntos privados y públicos, su casa, su mujer, su hija, todo le era indiferente y extraño. La duquesa le cuidaba como a un niño cuando por casualidad se quedaba a su lado; desgraciadamente no era aún bastante niño para que se le pudiese encerrar en casa.
Palabra del Dia
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