Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 11 de junio de 2025
Alguna vez en la conversación, le ocurrió tocar, aunque solamente de soslayo, ciertas cuestiones científicas o sociales, y su manera de tratarlas descubría en él una cultura muy extensa y sólida. Aun contradiciéndole y presentándole objeciones embarazosas, quedaba Delaberge sorprendido por la claridad y la precisión de todas sus réplicas: la señora Liénard no había exagerado.
Se pasaba entonces dos o tres días en completa tranquilidad, sin rezar más que los Padrenuestros que por rutina le salían de entre dientes todas las mañanas. Su conciencia giraba sobre un pivote, presentándole, ya el lado blanco, ya el lado negro.
La recibió Cirilo con ceremoniosa cortesía hablándole de dinero, presentándole cuentas y libros, anunciándole que al día siguiente le enviaría los intereses vencidos de las acciones del Banco. Visita no se presentó. Se hallaba un poco indispuesta, al decir de su esposo. Salió de aquella casa con el corazón tan apretado que en cuanto montó en el coche estalló en sollozos.
La letra escarlata no había llenado el objeto á que se la destinó. Ahora, sin embargo, su entrevista con el Reverendo Sr. Dimmesdale en la noche de la vigilia de éste, la había proporcionado nueva materia de reflexiones, presentándole en perspectiva un objeto digno de toda clase de esfuerzos y sacrificios para conseguirlo.
Mas cuando, por las circunstancias que quedan referidas, tuvo Jacobo que humillarse a ella y mostrársele rendido y avasallado, crecióse Currita al punto, y sin disminuirle en nada su íntima confianza, ni cercenarle tampoco los continuos y siempre indecorosos beneficios que le prodigaba, comenzó a dejarle sentir su yugo, a hacerle comprender que ella era allí la dueña absoluta, y a saciar su vanidad, primer elemento que en todos los actos de su vida y todos los sentimientos de su corazón entraba, presentándole a los ojos del mundo, vencido, sujeto y atado, como un hermoso rey prisionero, a las ruedas de su carro.
Cuando Ricardo daba ya fin a su tarea de engullir y charlar, entró en el comedor Genoveva, diciéndoles: A la señorita María le duele un poco la cabeza y está descansando sobre la cama. Voy allá exclamó Marta, ausentándose velozmente. De su parte traigo para usted este recado, señorito añadió la doncella, presentándole una carta.
Ella dobló la cabeza sobre el hombro del amante, pegose a él, cuerpo con cuerpo, y en voz muy queda, como se dicen las grandes cosas de la vida, repuso: ¿No me dejarás nunca? Entonces nadie sabrá jamás si fue sincero arranque o astucia premeditada volvió a mirarla fijamente, y presentándole la mano derecha, preguntó con increíble valor: ¿Quieres ser mi mujer?
Por último, se puso en camino hacia los Puyzocas, acompañado de treinta y seis Manacicas recién bautizados; y llegando á la primera tierra de aquella nación, fué recibido con muestras de grande amor y benevolencia, presentándole la gente frutas del país en grande abundancia y encubriendo de esta manera lo que maquinaban: de allí pasó á la segunda Ranchería, pero llevado en brazos ajenos, porque así por la flaqueza del cuerpo como por un pantano que había de por medio, no se podía tener en pie; aquí también fué recibido con una falsa alegría y con alhagüeñas palabras, que los traidores tenían ya premeditadas, y habiéndole entretenido el cacique en conversación, encubriendo en su pecho sus dañados intentos, ordenó entre tanto á su gente que llevasen á los forasteros á sus casas, dividiéndolos de manera que hubiese pocos en cada una, para hacer así el tiro con más seguridad.
Pero no tuvo otro tanto el mismo día el P. Zea, que presentándole por gran regalo ciertos panecillos bien pequeños, no pudo probar bocado de ellos por ser amargos como la hiel.
Recibiéronle con muestras de grande benevolencia, presentándole frutas del país y algunos escudos primorosamente adornados de plumas. La casa en que le hospedaron caía hacia el templo, con lo cual tuvo comodidad para observar los ritos y supersticiones en el entierro de un difunto.
Palabra del Dia
Otros Mirando