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Actualizado: 13 de septiembre de 2024


Creía contribuir a la revolución futura formando hombres, y al despertar de su ensueño se encontraba con criminales vulgares. ¡Qué espantosa decepción! Sus ideas sólo habían servido para destruir. Quitando a aquellos cerebros soñolientos los prejuicios de la ignorancia, las supersticiones del siervo, sólo había conseguido hacerlos audaces para el mal.

¡El último viaje!... Tòni admiró su barco como si lo viese bajo una nueva luz, descubriéndole bellezas nunca sospechadas, lamentando como un enamorado la rapidez con que transcurrían los días y se aproximaba el momento doloroso de la separación. Nunca había sido el piloto tan activo en su vigilancia. Sus supersticiones de navegante le infundían cierto pavor.

Su fe simple, que la incertidumbre poblaba de supersticiones, la hacía ir de altar en altar, pesando en su mente los méritos y milagros de cada imagen.

Imaginaban los portugueses que aquel reino había sido cristiano en lo antiguo, gracias a las predicaciones del apóstol Santo Tomás que hasta él había llegado, pero imaginaban también que el cristianismo de los singaleses se había pervertido y maleado con el transcurso del tiempo, turbando la pureza de su doctrina mil absurdas supersticiones.

Insultaba á los croupiers, invitándoles á salir á la plaza, mientras distendía sus bíceps de boxeador; era preciso llamar á uno de los altos directores para que le apaciguase con todas las reflexiones paternales que merece un cliente asiduo. Este hombre, que en su juventud no había creído en Dios ni en el diablo, vivía sometido á supersticiones que regocijaban á Castro.

Ese idealista exagerado y loco no es el mejor maestro para un espíritu de esta clase. Nosotros enseñaremos la verdad a esta pobre criatura, resucitado ejemplar de otros siglos; le haremos conocer las dotes del alma; la traeremos a nuestro siglo; daremos a su espíritu una fuerza que no tiene; sustituiremos su naturalismo y sus rudas supersticiones con una noble conciencia cristiana.

Recibiéronle con muestras de grande benevolencia, presentándole frutas del país y algunos escudos primorosamente adornados de plumas. La casa en que le hospedaron caía hacia el templo, con lo cual tuvo comodidad para observar los ritos y supersticiones en el entierro de un difunto.

La vida de las sociedades humanas depende de la producción y la distribución de la riqueza, y, hasta el advenimiento de las ciencias y de las máquinas en el siglo XVIII, promovidas entrambas por el método experimental descubierto por Bacon en el XVI, la producción de la riqueza, confiada principalmente a los esclavos y a los siervos embrutecidos por el exceso de trabajo y de supersticiones, fue mezquina y precaria, y hasta la consolidación y difusión de los principios políticos ingleses, su distribución estuvo a merced de la avaricia de los poderosos, que, en tiempo de guerra se comían los huevos y la gallina, y en tiempo de paz los huevos y los pollos.

El hombre que en su estado salvage no trepidaba en sacrificar su muger y sus hijos á necias supersticiones, y en someterse espontáneamente á todos los sufrimientos, no podia tener ciertamente el menor escrúpulo en hacerles aplicar por el fiscal, á la mas leve falta, azotes ó otro género de correccion, y en hacerse castigar él mismo toda vez que creia haber ofendido á la divinidad.

Ni se contenta el demonio con sólo hacerse adorar de esta gente usurpando la adoración y culto que se debe al verdadero Dios, sino por escarnio é injuria de la Iglesia de Cristo, ha querido en este rincón último del mundo remedarla, transformándola en un ser monstruoso, convirtiendo los misterios en fábulas, los sacramentos en supersticiones, las ceremonias en sacrilegios.

Palabra del Dia

jediael

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