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Pero aunque esta respuesta en lo exterior fué la que Roger podia desear, quedo el Emperador muy desabrido de esta demanda, porque después de tan grandes presas, y despojos riquísimos de las Provincias conquistadas, pedirle luego una pequeña paga, era señal de una codicia insaciable, y que difícilmente todo el poder del Imperio Griego la pudiera satisfacer.

Los prisioneros comparecían ante el «escribano de presas» como testigos del suceso, y se les exigía juramento de verdad «por Alaquivir, el Profeta y su Alcorán, alto el brazo y el dedo índice, mirando su rostro al nacimiento del sol». Mientras tanto, los duros corsarios ibicencos, al repartirse el botín, apartaban un fondo para la compra de sábanas destinadas a convertirse en vendajes de sus futuras heridas, y dejaban otra parte de las ganancias para que «un sacerdote celebrase misa todos los días mientras ellos estuviesen fuera de la isla».

I no satisfecha la codicia de los Inquisidores i del rei Fernando con tanto número de confiscaciones hechas en las haciendas de los herejes, discurrieron otro arbitrio para aumentarlas, i fué disponer que contra ciertos judíos conversos i mui ricos, los cuales habian para su bien pasado á mejor vida, se instruyese proceso, i como era natural, de él resultaban culpados; de aquí nació acrecentarse el real erario, i cobrar mas aficion los inquisidores á hacer semejantes presas.

Con la misma presteza y rigor volvió Berenguer á las costas de Thracia, y continuando los buenos sucesos, después de algunas presas de navios, acometió á Recrea, Ciudad grande y rica, y con poca pérdida de los suyos la entró á viva fuerza.

Para cerciorarme de la verdad de lo dicho por el viejo de Burdeos, encargué al abogado de la Compañía, por cuenta de la cual yo navegaba, que se enterase en Londres de si entre las presas hechas hacía unos treinta años aparecía la de la ballenera de El Dragón.

La conducta de Isidora en la cárcel era irreprensible: no daba escándalos; trataba a las celadoras con urbanidad y miramientos; se había hecho querer de todas, y las presas que pudieron gozar de su intimidad, se hacían lenguas de su buen corazón, finura y agradable trato.

Los numerosos trabajos de canalización, presas y azudes ejecutados para el riego de los campos en muchas partes á orillas de los ríos, nos permiten imaginar cuál será el régimen de nuestro arroyo en un porvenir más ó menos lejano: con la previsión que nos da la ciencia, lo vemos ya desde hoy.

Oídas estas razones, autorizó el Duque la generosa resolución de optar por las miserias que amagaban á los infelices de los Gelves; y llegada la noche, los generales de tierra y mar, acompañados de algunos íntimos, aprovecharon la distracción de los turcos, ocupados en marinar y saquear las presas para escapar en varias fragatas.

Obdulia, que disimulaba mal su aburrimiento mientras se hablaba de cuadros, ojivas, arcos peraltados, dovelas y otras tonterías que no había entendido nunca, se animó con la presencia del Magistral de quien era hija de confesión, por más que él había procurado varias veces entregarla a don Custodio, hambriento de esta clase de presas.

¡Por María Santísima! exclamó ella poniéndole la mano en la boca. En fin, ya esta vez me ha pasado... Vine por la calle con el mareo. Al entrar, creí que entraba en un encantado y hermosísimo palacio; las presas me parecieron unas ninfas muy aéreas, unas como animadas flores, hijas del viento, ¿qué tal? La escalera, una escalera de plata y la celadora, un ángel... ¡Jesús, basta, basta!...