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Actualizado: 15 de junio de 2025
El Creador saludó á Adán con una sonrisa de lástima prosiguió el viejo . «¿Cómo estás, infeliz?», le preguntó. «¿Tu mujer no te ha metido en nuevos líos?...» Después acarició á Eva, tomándole la barbilla. «¡Hola, buena pieza! ¿Aún continúas haciendo locuras?» Conmovidos por tanta simplicidad, los esposos ofrecieron al Señor el único mueble que poseían, semejante á un trono.
De noche, cuando la Luna ilumina aquel campo y las ingentes piedras cubiertas de nieve, cuando el cierzo sopla moviendo las zarzas heladas, parece que se oye el grito de espanto de los germanos en el momento de la sorpresa, el llanto de las mujeres, el relinchar de los caballos, el estruendoso rodar de los carromatos que desfilaron; pues, a lo que parece, aquellos hombres conducían en carros cubiertos de pieles a mujeres, niños, viejos y todo cuanto poseían en oro y plata, así como sus muebles, del mismo modo que lo hacen los alemanes que se marchan a América.
Una y otra eran ricas y poseían buena dote. Irma le gustó más a L'Ambert. El apuesto notario pensaba de vez en cuando que medio millón de dote y una mujer que sabe llevar un traje no son cosas despreciables. Viéronse con frecuencia, casi una vez por semana, hasta que llegaron las primeras heladas de noviembre. Tras un otoño dulce y brillante, cayó como una teja el invierno.
Cuando se la había oído una vez, se estaba tan firmemente convencido como si se hubiese abierto una información con todas las formalidades del caso. Contó su nacimiento en una rica propiedad de la Provenza. Sus padres, que poseían una importante fábrica, destinaban a un industrial su hija y su fortuna.
Aunque las noches fuesen cálidas, encendían hogueras, buscando la protección de las llamas y del humo contra los feroces mosquitos, dominadores de la llanura. Algunos segadores que poseían un poder instintivo de dominación trataban á sus camaradas como jefes.
Hemos hablado de la belleza singular de Perla, belleza de tintes vivos y profundos, de tez brillante, ojos que poseían á la vez fulgor é intensidad meditativa, y un cabello de color castaño, lustroso, suave, y que más tarde serían casi negros. Toda ella era fuego y parecía el fruto de un momento de pasión impremeditada.
Todos los países rivalizaban en una carrera loca, buscando adelantarse los unos á los otros en los medios de destrucción. Los hombres se mataban sobre la tierra y sobre el mar, y hasta en el último momento llegaron á exterminarse en las silenciosas alturas de la atmósfera. Las fortunas más grandes de cada país las poseían los fabricantes de armamento.
San Brandán, abad escocés del siglo VI, que llegó a dirigir tres mil monjes, se embarcaba con su discípulo San Maclovio para explorar el Océano en busca de unas islas que poseían las delicias del Paraíso y estaban habitadas por infieles.
De todos modos, á mí no parecería razonable dirigirme á los ingleses pidiéndoles cuenta de esos indios que han desaparecido. Se la pediría en todo caso á los que se han apoderado de sus bienes después de matarlos y viven hoy en el territorio que ellos tranquilamente poseían.
El que se mantenía ante él en actitud puramente defensiva, con la esperanza de que la Iglesia imitase su prudencia, estaba vencido de antemano. Los católicos de buena fe eran temibles y peligrosos por el convencimiento de que poseían la verdad absoluta.
Palabra del Dia
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