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Actualizado: 23 de julio de 2025
Y nada de peticiones ordenadas ni de aumentos de jornal, ni de limosnas. ¡Fuera los cataplasmeros! A cada cual lo que le corresponde, y al que se oponga, ¡dinamita... roño! ¡dinamita! Aresti se alejó para que no le viese aquel energúmeno, que parecía enardecido por la sangre de la reciente lucha.
Contestar peticiones y consultas, ahogar las quejas y entretener las locas pretensiones que llegaban del distrito, el clamoreo sin fin del rebaño electoral, que no tropezaba con el más leve obstáculo sin acudir inmediatamente al diputado como el devoto apela al milagroso patrón.
¡Qué ovación!... ¡Gracias, amado pueblo! Pero al volver a encogerse en uno de los mástiles horizontales de carga que servía de asiento a él y a Fernando, ocultándose con modestia detrás de su amigo, redoblaron furiosas las peticiones del público. Dos gendarmes iniciaron un avance hacia él.
Aresti vió todo el resto del monasterio: el refectorio, con su púlpito para la lectura; la capilla, en la que hacían los hombres sus ejercicios espirituales, colocando los Padres á la puerta una bandeja para que los jóvenes depositasen en un papel cerrado sus peticiones á la Virgen; la cocina, donde los hermanos guisanderos le explicaron los tres platos sólidos que correspondían á los individuos en cada comida: el salón acristalado, en el cual fumaban sacerdotes y seglares un cigarrillo único, pues en el resto del monasterio, aunque el fumar no estaba prohibido, era mal visto por los superiores.
Alguien rezaba junto á ella en la iglesia formulando idénticas peticiones.
Mina le escuchaba con ojos de adoración y una pálida sonrisa de miedosa incredulidad. «No... cabina, no.» Por no seguir el curso de sus peticiones trémulas de deseo, le interrumpía solicitando que le indicase en español la equivalencia de ciertas palabras. Ansiaba hablar la lengua de él. No, querido suspiraba respondiendo a sus súplicas . No, mi novio... Cabina, no... Boca... boca nada más.
14 Mas la gracia del Señor nuestro fue más abundante con la fe y amor que es en Cristo Jesús. Amén. 1 Amonesto pues, ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones, acciones de gracias, por todos los hombres; 2 por los reyes y por todos los que están en eminencia: que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad e integridad.
Como siguiesen en aumento sus disgustos, hijos de su afán por complacer á todos los devotos, y lo contrapuesto de las peticiones de éstos, volvió á consultar al señor Cura á ver si le daba algún consejo más práctico y accesible á su comprensión que el encerrado en el cuento de lo ocurrido en Adoracuernos, y el señor Cura le dijo: Tío Traga-santos, voy á contarle á usted otro cuento, que de seguro le saca á usted de sus apuros si sabe aprovecharle.
Bien se ve dijo con una voz dulzona que el que ha hecho esa pregunta es joven y sin experiencia. Eva era mujer y conocía demasiado bien las necesidades de las mujeres para perder el tiempo en peticiones inútiles. Dios, con ser Dios y disponer de todo lo existente, no puede dar nada á las mujeres después que han nacido.
Todos mostraban gran prisa por que les diesen entrada, azorando con sus peticiones al de la báscula y a los otros empleados, que, envueltos en sus capas, escribían a la luz de un quinqué. Los cántaros sólo contenían leche en una mitad de su cabida. Mientras unos carreteros aguardaban en el fielato, otros avanzaban hacia Madrid, con cántaros vacíos, en busca de la fuente más cercana.
Palabra del Dia
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