Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 7 de junio de 2025
Yo... ¡eh! ¡de qué he de ser yo capaz!... abriría yo de buena gana, que bien lo merece, el alma torcida del conde, puerta bastante para que se escapase del cuerpo, si no hubiera de perderte... ¡Ah! sí... sí... yo estoy loca... tan desesperada estoy, que si tú fueras otro hombre, no sé á dónde me llevaría mi locura; pero si tú fueras capaz de una infamia... yo no te amaría...
Tus lágrimas me responden más claramente que cuanto pudieras decir. ¿No es verdad que me querrás mucho lo mismo si me dan vista que si continúo privado de ella? Lo mismo, sí, lo mismo dijo la Nela con vehemencia y turbación. ¿Y me acompañarás?... Siempre, siempre. Oye tú exclamó el ciego con amoroso arranque si me dan a escoger entre no ver y perderte, prefiero....
Hablas como enamorado, Morandro, pero no es justo Que ya tome gusto el gusto Con tu peligro comprado. Poco podrá sustentarme Qualquier robo que harás, Aunque mas cierto hallarás El perderte que ganarme. Goza de tu mocedad En fresca edad y crecida, Que mas importa tu vida Que la mia, á la ciudad. Tu podrás bien defendella De la enemiga asechanza, Que no la flaca pujanza Desta tan triste doncella.
Y este mesmo término y modo me convendrá usar contigo, porque el deseo que en ti ha nacido va tan descaminado y tan fuera de todo aquello que tenga sombra de razonable, que me parece que ha de ser tiempo gastado el que ocupare en darte a entender tu simplicidad, que por ahora no le quiero dar otro nombre, y aun estoy por dejarte en tu desatino, en pena de tu mal deseo; mas no me deja usar deste rigor la amistad que te tengo, la cual no consiente que te deje puesto en tan manifiesto peligro de perderte.
LEONOR. Vete; se acercan... ¿No lo ves? ¡Es el Conde! MANRIQUE. Don Nuño. ¡Es verdad...! ¡Gran Dios! ¿Y he de perderte? LEONOR. ¿Escuchas? MANRIQUE. Sí; ésta es la señal. DENTRO. Traición, traición. MANRIQUE. Estamos libres. DENTRO. ¡Traición! LEONOR. ¿Qué haces?
Ya vives en tu Madrid, donde has hecho tantas picardías... ¡A saber si estarás engañándome con alguna, grandísimo ladrón! Después de estas explosiones de ira se apelotonaba contra él, humilde y tímida. Es porque tengo miedo de perderte, de que otra me quite a mi hombre. Quisiera asegurarte para siempre, tenerte atado de una patita como un jilguero.
Puesto que más allá de la muerte no hay nada y no hemos de vernos, prolonga tu vida, déjate cuidar. Ahora que nos conocemos y que soy dichosa, ¡sería tan triste perderte...! Gabriel la tranquilizaba. Aquella vida no podía durar más allá del verano. Después le darían algo mejor. No debía entristecerse; por tan poca cosa no se muere.
Por no saber, no sabes ni siquiera perderte». Pero se contuvo y se tragó su ira, desahogándola después en agitado soliloquio: «No he visto otra. No tiene vergüenza, ni tampoco sentido común. ¡Qué canalla y al mismo tiempo qué bestia! Si hubiera un Infierno para los tontos, ahí debieras ir tú de cabeza».
Si, como sospecho, quieres perderte, quieres infamarte, no lo consentiré mientras tenga un aliento de vida; primero te rogaré, te suplicaré aunque me sea menester ponerme de rodillas delante de ti».
No había comenzado, sino que faltaba poco para que concluyera. ¡Quiá! ¡Qué he de irme! ¿Crees que he venido sólo para esto? Vuelves a ser mía... y hoy te acompaño hasta tu casa. Ni una palabra más. Accedí a oírte, porque supuse que tendrías juicio. Esto se acabó; yo no transigiré nunca con ciertas cosas. Ni yo con perderte.
Palabra del Dia
Otros Mirando