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Actualizado: 18 de mayo de 2025
En esto salía ya del gabinete la bella convidadora; habíase secado el manantial de sus lágrimas. Adiós, y no falte usted a la noche dijo misteriosamente una voz penetrante y agitada. Descuide usted; dentro de medía hora enviaré a Pepe respondió una voz ronca y mal segura. Bajó los ojos la belleza, compuso sus blondos cabellos, arregló su mantilla, y salió precipitadamente.
Aguardó pacientemente, como todos los hombres seguros del éxito, a que hubiese una pausa, y cuando llegó, profirió con su voz gangosa, penetrante, encarándose con el ama de la casa: ¿A que no sabe usted a quién acabo de ver entrar en casa de su hermano, en compañía del excusador? A Obdulia le dio un salto tan recio el corazón, que pensó caer al suelo.
Y entrose la tía Zarandaja, y fuese a las hornillas, y sentáronse a un lado, y en el cabo de una larga mesa, Miguel y Margarita, él pensativo, ella triste y abatida; cuando hete aquí que se presentó, a la puerta, y en ella se detuvo, y adentro miró con curiosidad y atención, y su mirada se detuvo, penetrante y grave en nuestro Miguel, una extraña persona.
Debo decirle que en el estado de nuestra organización social no basta estirar la mano para alcanzar este desideratum pero afortunadamente tengo que comunicarle algunas proposiciones que le conciernen y cuya naturaleza puede modificar desde ahora, y sin gran esfuerzo, su situación. El señor Laubepin fijó en mí sus ojos con una atención más penetrante que nunca y continuó.
Los gritos, las imprecaciones, las órdenes de los jefes, las lamentaciones de los aldeanos, el rumor sordo, continuo, de pasos que se elevaba del puente de Framont, el relinchar penetrante de los caballos heridos, todo aquello subía como un zumbido confuso hasta los parapetos. En la ladera sólo se veían armas, chacós y muertos; en una palabra, los residuos de una gran derrota.
Os agradezco vuestras simpatías, pero el documento no estará nunca en otras manos que las mías. No me habléis más de eso, que ya sabré encontrar un sitio oculto en el que nadie lo descubrirá. Marta, herida por una cruel decepción, se puso las manos delante de los ojos, lanzando un grito penetrante. La última esperanza que le quedaba en la última extremidad, se había desvanecido.
Para conseguirlo fue a rondar a las altas horas de la noche el edificio de los Consejos, dio un silbido penetrante, como un enamorado que avisase a su novia, y al poco rato se abrió con cautela una ventana del piso alto y se vio un hilo de seda flotar en el aire; Miguel amarró apresuradamente el manuscrito y el hilo comenzó a subir arrastrándolo consigo.
Pues de todo esto se olvidaba don Simón al verse rodeado de tanto caballero. Dirigía la cabalgata uno de los seis caciques, hombre enjuto, moreno, largo de nariz y penetrante de mirada; casi imberbe, aunque ya picaba en viejo; poco hablador, pero al caso, y desconfiado hasta de su sombra.
No olvidará tampoco la salida de la casa solariega, la ascensión por el camino que el día de su llegada le pareció tan triste y lúgubre.... El cielo está nublado; ciernen la claridad del sol pardos crespones cada vez más densos; los pinos, juntando sus copas, susurran de un modo penetrante, prolongado y cariñoso; las ráfagas del aire traen el olor sano de la resina y el aroma de miel de los retamares.
De haber sido yo el Rey, la respuesta que recibí me hubiera parecido suficientemente animadora: ¿No crees, primo, haber contraído hoy bastantes responsabilidades para un solo día? El estampido de los cañones y el toque penetrante de las cornetas nos anunciaron que habíamos llegado al palacio.
Palabra del Dia
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