United States or Iran ? Vote for the TOP Country of the Week !


Misia Casilda y don Pablo acudieron en su defensa... Toma, toma, para que aprendas y veas dónde pones las patas otra vez. ¡Quilito! dijo severamente la tía. Don Pablo consiguió quitársela de entre las manos, y el joven vociferó que se iba a su cuarto, a encerrarse, y que no quería ver a nadie, pues odiaba al mundo entero.

Lo veo respondió el Capitán, que le había seguido y que tampoco podía ocultar su sorpresa. ¿Conoces plantas que anden? No las conozco. Ni yo tampoco, ni tengo noticia de que los naturalistas hayan encontrado plantas con patas. Y ¿qué deduces de eso?

Los navíos se lanzaron en su persecución, y al ver que el gigante se ocultaba bajo el agua en una de sus cabriolas de nadador, como todos ellos eran sumergibles, le imitaron, sumiéndose igualmente en las profundidades submarinas. Antes de que Gillespie volviese á la superficie se sintió aprisionado por las patas de un pulpo, que le inmovilizaban, acabando por tirar de él.

Asi, tres cuartos de hora despues de haber partido de Lováina nos deteníamos en Malínas, ciudad célebre por su catedral, sus encajes y sus almuerzos de patas y orejas de cerdo, y no poco afamada entre los Belgas por la terquedad tradicional de sus consejeros municipales.

Si encontraba vacía una vivienda de esta especie, se la apropiaba. De no ser así, se comía al habitante, introduciendo después en el nacarado refugio su posterior, armado de dos patas ganchudas. No bastaban al débil paguro sus precauciones defensivas.

Y cuentan las crónicas platónicas, que antes de llegar a la mitad del segundo juego, las pobres fichas se quedaron solas. Ido se había levantado y daba paseos por la sala. Izquierdo se dejó caer sobre el sofá de Vitoria y dormía como un verídico bruto, el sombrero sobre los ojos, la boca abierta y las cuatro patas estiradas.

Salió Papitos más pronta que la vista, y estuvo fuera como unos veinte minutos. Su ama la vio entrar en la casa y fue a abrirle la puerta... «¿Te has restregado bien las patas?». señora... mire. Ahora aquí otra vez... ¿Sabes lo que debes hacer siempre que subes?, refregarte bien en el limpia-barros del vecino, en ese que está ahí.

En las hermosas calles de árboles nunca profanadas, chasquearon las herraduras de los caballos, y los modernos conquistadores, los bárbaros de la riqueza entraron soberbios, arrollándonos entre las patas de sus corceles.

Un día, para correr mejor, se había puesto en cuatro patas: era una exhalación. ¿Cómo? preguntaba don Mateo asombrado, ¿en cuatro patas? Lo que usted oye. Sanjurjo se reía a carcajadas, afirmando que había aprendido a correr así de niño, cuando su cojera era más pronunciada y no podía competir con los compañeros.

¡Bestia de ! exclamó el sencillo burgalés, dándose con las dos manos en la frente . ¡Pues no me había olvidado?... Perdone usted, señora marquesa, esta distracción, que, bien mirada, no es de extrañar. En oyendo hablar de hijos, ya está todo en mi cabeza patas arriba. La marquesa había perdido el tino ya. No salía de un bochorno sin verse presa de otro mayor.