Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 10 de julio de 2025


Se daban cita en los squares de barrio menos frecuentados, cambiando de lugar como los pájaros miedosos, que á la más leve inquietud levantan el vuelo para ir á posarse á gran distancia. Unas veces se juntaban en las Buttes Chaumont, otras preferían los jardines de la orilla izquierda del Sena, el Luxemburgo y hasta el remoto Parque de Montsouris.

Y entonces sería capaz de entrar en el parque y llegar hasta el castillo y, vestido de ese modo, el guarda ó Bobart podían tomarle por un merodeador y pegarle un tiro. Un miedo espantoso se apoderó de ella.

Petra era la encargada de despertar al amo, porque Anselmo se dormía sin falta y no cumplía su cometido: Frígilis llegaba al parque a la hora convenida, ladraba... y bajaba don Víctor.

Quintanar preparaba su reloj despertador de suerte que le llamase con un estrépito horrísono a las ocho en punto. En un decir Jesús se vestía, se lavaba, salía al parque donde solía esperar dos o tres minutos a Frígilis, si no le encontraba ya allí, y en esto y en el viaje a la estación se empleaba el tiempo necesario para llegar algunos minutos antes de la salida del tren mixto.

La anémica solía manifestar, al volver del paseo, el capricho de ir un rato a sentarse en los bancos del parque. Por lo regular, allí había gente, y alguno de los españoles de la colonia, conocidos de Perico o de Miranda, hacíase acaso el encontradizo, y las saludaba y dirigía algunas frases de ritual.

»En más de una ocasión me hizo notar su estado; cuando le sorprendía en sus paseos por el parque, le encontraba solo, la cabeza baja, y sus ojos contenían con dificultad sus lágrimas; inquietos al verle de este modo, le preguntamos el motivo que tanto le afligía. »Mi pobre madre nos dijo está en peligro de muerte.

»Apoyado en mi brazo, quiso dar un paseo en el parque, paseo que le hizo mucho bien, y volvimos al castillo; en el vestíbulo se presentó a nosotros un hombre que nos aguardaba... ¡Era Gerardo Broschi... era su padre! »Ha pasado un año le dijo el anciano con voz dulce, y me autorizaste para verte transcurrido este tiempo.

La bandera con la cruz roja ya no podía engañar á los artilleros enemigos. Don Marcelo no tuvo tiempo para reponerse de su sorpresa: una segunda explosión más cerca de la tapia... una tercera en el interior del parque. Le pareció que había saltado de repente á otro mundo.

Esos bienes que Dios da a todos, a los que siempre me he mostrado insensible, y cuya dulzura sólo puedo apreciar ahora, los habría disfrutado aún durante veinticinco años. ¡Ah! ¡Y he sacrificado mis días a una quimera; los he perdido por una gloria estéril que no me ha proporcionado la dicha, y que ha muerto antes que yo!... Mire, mire añadió señalando a unos aldeanos que atravesaban el parque y regresaban, cantando, a sus faenas, ¡qué no daría yo ahora por participar de sus trabajos y de su miseria!

¿Es el marido de usted? preguntó. . ¿Cree usted que nos ha visto? Lo ignoro. ¡Pero si nos ha visto, es un cobarde! Que les hubiera visto o no, el señor de Maurescamp entró tranquilamente en el castillo por la avenida más larga pero mejor del nuevo parque. Volvió a salir casi inmediatamente y pasó el resto del día inspeccionando sus plantaciones y el corte de sus bosques.

Palabra del Dia

buque

Otros Mirando