United States or Cayman Islands ? Vote for the TOP Country of the Week !


La escena que se contempla desde el sitio mas encumbrado de Chaumont, llamado la Señal, es tan magnífica, tan vasta y soberanamente bella, que casi es imposible describirla. Al Occidente se alzan las cadenas del Jura, cubiertas de rica vegetacion y altas praderas, entrecortadas por risueños valles de esmerado cultivo, entre los cuales es perfectamente visible de un lado el de Ruz ó el Seyon.

Francisco Delaberge se despertó con una sensación de confusa alegría, según sucede cuando por la mañana se conserva aún la impresión de un hermoso sueño desvanecido; después, disipadas ya las últimas brumas del ensueño, se percató de que su vaga alegría era causada por el recuerdo de su conversación con la señora Liénard; pero al propio tiempo recordó que aquel mismo día había de regresar la joven viuda a Rosalinda y su alegría se desvaneció al pensar en su prolongada residencia en Chaumont.

Se desnudó y filosóficamente se metió en la cama. Delaberge era la puntualidad misma. A la hora convenida y en compañía del guarda general y de otros funcionarios subalternos, estaba ya examinando los campos de Carboneras que el inspector de Chaumont proponía afectar al servicio de los usuarios de Val-Clavin.

«¡Chaumont! ¡Diez minutos y fondaAquí es donde Delaberge ha de bajar. Arregla su equipaje y se asoma a la portezuela buscando en los andenes al inspector provincial, su antiguo camarada de Escuela a quien advirtió de su llegada y en cuya casa se ha de hospedar. Allí está, en efecto, el inspector buscando también a su amigo.

Para tener idea completa de la hermosura de aquellas comarcas, nada mejor que la ascension á la cumbre de la montaña de Chaumont, que se eleva hasta 1,772 metros sobre el nivel del mar, ó sea 1,340 sobre el del lago.

Nuevas instrucciones en este sentido se mandan al inspector provincial de Chaumont. Plegó Delaberge tranquilamente el telegrama y se lo metió en el bolsillo. Su rostro expresaba una visible satisfacción. Señora Princetot dijo, marcharé mañana por la mañana y le agradeceré, lo mismo que al señor Princetot, que me preparen esta misma noche la cuenta...

En este sentido se han dado ya las necesarias instrucciones al inspector de Chaumont. ¿Le parece a usted bien? ¡No podíamos desear más ni mejor! exclamó Simón. Es muy equitativo, y todos los usuarios aceptarán con alegría sus proposiciones. He aquí el telegrama oficial prosiguió Francisco sacándolo de uno de sus bolsillos.

Tal es la hermosura del espectáculo que la noche nos iba sorprendiendo en la cumbre de Chaumont, cuyo admirable mirador no se quisiera abandonar. Es tan dulce olvidarse á veces del mundo y entregar el alma y los sentidos á la sola contemplacion y el amor supremo de la naturaleza!... La diligencia suiza. Los tres lagos hermanos. Morat. Geografía del Canton; su historia; sus instituciones.

Finalmente se murió el pobre hombre, y no he de decir que le lloré muy poco... A punto estuvo de hacerme odiar Rosalinda. ¿Vive usted en ella todo el año? ¿Cómo no? Apenas si voy dos o tres veces a Dijón o a Chaumont y sólo por asuntos de intereses. A los seis o siete días que estoy en la ciudad ya no tengo más que un deseo, el de volver a mi casa lo antes posible.

Pido, pues, al mandatario de la Administración pública que nos diga francamente si aprueba la solución injusta que al conflicto han dado los forestales de Chaumont... Mientras Simón hablaba, el inspector general tenía fijas en él sus miradas con una atención llena de ternura. Ahora es cuando se daba cuenta más exacta de esa semejanza que tanto había sorprendido a la señora Liénard.