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Actualizado: 1 de mayo de 2025


Al ver al Teniente, Surín, que le conocía personalmente, cayó de rodillas, pidiendo humildemente que se le perdonase la vida; y Arsenio Ortiz, que en aquel momento se sentía feliz y orgulloso con el triunfo alcanzado, perdonó.

Antonio, que tenéis Oficiales y soldados que harán lo que los suyos, y que si en ellos hobiese la falta que decís, no se os habrían echado á los pies suplicándoos que los dejásedes salir á pelear fuera, como lo han hecho, el Coronel Mas, el Capitán Alvaro de Luna, Jerónimo de la Cerda, Rodrigo Zapata, Galarza, Juan Ortiz de Leyva y otros Capitanes y Oficiales y soldados particulares.

Acompáñale el doctor Ortiz, su secretario, y un joven conocido, a quien a su salida encontró inhabilitado de ir adelante por la fractura de las ruedas de su vehículo. En cada posta a que llega hace preguntar inmediatamente: «¿A qué hora ha pasado un chasque de Buenos Aires? Hace una hora ¡Caballos sin pérdida de momentogrita Quiroga. Y la marcha continúa.

Versos de Luís G. Ortiz, de Collado, de Roa Bárcena, de Sierra, de Segura, de Ipandro Acaico.... ¡Qué amable, qué simpática me parecía la unión de todos estos escritores, algunos contrarios en ideas políticas, todos amigos sinceros en literatura y en arte! Así debía ser, así me imaginé siempre la república literaria, sin odios, sin envidias, sin rencores.

En resolución, yo me atrevo a calificar al Sr. Ortiz de Pinedo de buen pintor de costumbres, aunque me alegraría de que mostrase menos amarga predilección por la pintora de las malas, y de que pusiese menos color negro, menos sombras y más luz, y más tintas de rosa y de azul de cielo en su paleta.

En este canto se trata cuan mal lo pasaba la gente de Juan Ortiz en San Salvador, y como, ido al Paraguay, muriò, dejando por Gobernador á su sobrino Diego de Mendieta.

El conde de Teba era mozo galán y de carácter un tanto ligero, poco dado á meditar sus actos, y esto vino á traerle más de un lance como el que le ocurrió en 1614 con don Rodrigo Ortiz de Zárate, caballero de los más significados de la nobleza sevillana.

Por fin se violentó un poco para decir: «Esta tarde Romero Ortiz salió del ministerio a las cuatro, y al pasar en coche por la calle del Amor de Dios, vio a un amigo, paró el coche, el amigo entró, y fueron...». ¿Pero quién era el amigo? Todo no se ha de decir... Pues bien; allá va: era el pollo Romero. Fueron... esta que es gorda... a casa de D. Antonio Cánovas... Madera Baja, 1.

Doce leguas de aquí Martin Garcia, Una isla de este nombre está llamada: Una legua de tierra se desvía, Y mas de legua y media es prolongada. A partes por el bosque está sombria, Y á partes tierra alta y asombrada, Don Pedro, y Juan Ortiz allí poblaron, Y de hambre mucha gente sepultaron.

El gobernador D. Domingo Ortiz de Rosas, que en 1744 se hallaba investido del mando supremo de estas provincias, confió esta tarea al P. Quiroga, que desde entonces fué consultado con preferencia en todas las empresas científicas.

Palabra del Dia

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