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39 oirás desde los cielos, desde la morada de su habitación, su oración y su ruego, y harás su juicio, y perdonarás a tu pueblo que pecó contra ti. 40 Ahora, pues, oh Dios mío, te ruego estén abiertos tus ojos, y atentos tus oídos a la oración en este lugar.

17 Ahora pues, Dios nuestro, oye la oración de tu siervo, y sus ruegos, y haz que tu rostro resplandezca sobre tu santuario asolado, por el Señor.

Esta tropa de músicos, seguida por el pueblo, se detiene á hacer oracion delante de las capillas que adornan las cuatro esquinas de la plaza.

Es en bruto el concepto de Víctor Hugo... ¿te acuerdas?... en la «Oración por todos»... dijo Lorenzo, cuando al hablarle de la madre dice a su hija; más o menos, no me acuerdo bien: «que haciendo dos porciones de la vida, bebió el acíbar y te dio la miel».

Se puso en pie, quiso hablar, gritó; al fin su voz resonó en la cañada; calló el supuesto ruiseñor, y los versos de Ana, recitados como una oración entre lágrimas, salieron al viento repetidos por las resonancias del monte. Llamaba con palabras de fuego a su Madre Celestial.

En el fondo dulce y cálido de un humano corazón ha hecho nido la paloma, mientras reza una oración por la viuda sin amores, y los hijos del inválido.

Entonces, hendiendo el aire pausada y dulcemente, llegó hasta los oídos del cura el tembloroso tañer de una campana, cuyas voces debilitaba la distancia, confundiendo con sus propios sonidos las huecas repeticiones de los ecos. ¡La oración! dijo Lázaro. ¡Si pudiera rezar!

Apenas has visto una iglesia más que para presenciar ceremonias que no te han explicado; apenas sabes recitar una oración que no entiendes; no sabes nada del mundo, ni de Dios, ni del alma.... Pero todo lo sabrás; serás otra, dejarás de ser la Nela, yo te lo prometo, para ser una señorita de mérito, una mujer de bien

¡Cuitada de ! -replicó el ama-; ¿la oración de Santa Apolonia dice vuestra merced que rece?: eso fuera si mi amo lo hubiera de las muelas, pero no lo ha sino de los cascos. -Yo lo que digo, señora ama: váyase y no se ponga a disputar conmigo, pues sabe que soy bachiller por Salamanca, que no hay más que bachillear -respondió Carrasco.

Partiéronse al rayar el día, yendo Cervantes disparado hacia la puerta de Jerez, llegando a punto que la abrían, y llegáronse a la Torre del Oro, y alquilando una barca, hacia la galera Marquesa bogaron, llegando a ella cuando sonaba el cañonazo de leva y tocaban en cada galera los instrumentos militares a la oración de la mañana.