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Actualizado: 13 de mayo de 2025
Siempre se ha dicho que el por qué de las cosas es inaveriguable; por consiguiente, no quiere decir nada. Póngase el ahora en oración, y digamos, por ejemplo: «¿Qué hay ahora? ¿Qué se hace ahora?» Nada. Ambas son, pues, palabras nulas, y buenas, por consiguiente. Combínense ahora juntas, y digamos: por ahora, y se verá el efecto peregrino de la suma de todas las nulidades.
Porque con su santo medio Nuestro bien está seguro, Que ella es nuestra fuerza y muro, Nuestra luz, nuestro remedio. SAAVEDRA haciendo oracion. Vuelve, Virgen santisima Maria, Tus ojos, que dan luz y gloria al cielo, A los tristes que lloran noche y dia, Regando con sus lagrimas el suelo.
13 La justicia irá delante de él; y pondrá sus pasos en camino. 1 Oración de David. Inclina, oh SE
En pos de la Cena, y precedida también de mucha gente, había de salir la Oración del Huerto, donde Cristo ora de rodillas; un ángel que quiere estar en el aire, pero que se apoya en el ramaje de un olivo, ofrece a Cristo el cáliz de la amargura, y los discípulos yacen por tierra dormidos.
En Bretaña, cuando un hombre estaba en peligro de muerte y no se hallaba cerca ningún sacerdote, podía confesarse al pie de un árbol: las ramas le oían, y su rumor llevaba al cielo la última oración del moribundo. De todos modos, aunque quede algún tronco respetado en memoria del tiempo viejo, no inspira ya el bosque aquel terror sagrado.
Esa no será oración, sino blasfemia. El mal y la oración son incompatibles. Oración es aptisima arma, thesaurus prepotens, divitias inexhaustas pariens, fons et radix omnium bonorum. Virtud, misa, predicación, sacramentos, austeridad, limosna... todo puede subsistir con el pecado menos la oración, que es al espíritu del hombre como el aire al pulmón.
Calletano Rodriguez en la oracion fúnebre á Belgrano, hablando de la gloria. Porque el genio es un pobre jornalero Que fecunda la tierra con afan. Y en la palabra que batía en brecha Cuatro tablas que alzó la vanidad. Alusion á las célebres palabras de Mirabeau en los Estados Generales. Flor que ostenta del iris los colores Sin el perfume que la rosa dá.
Centenares de boinas de todos colores surcaron el aire en prueba del efecto mágico que entre ellas había producido la oración de la primera autoridad civil de la provincia. Los cohetes y la murga municipal secundaron esta gloriosa manifestación de las boinas.
Decíale los coloquios diarios de aquella santa mujer con el Señor, y cómo, en medio de la oración, el aliento celestial la tocaba de pronto, levantando su cuerpo a varios palmos del suelo. Aquellas cosas eran contadas por la madre con un acento estremecido que derramaba en la noche como sagrado y temeroso aroma de santidad. Durante la mayor parte del día se le abandonaba a su albedrío.
El maestro de escuela había ido a arrodillarse junto a su mujer e hijos, que lo abrazaban con enternecimiento, recordando su peligro de hacía tres años; el alcalde, como un patriarca bíblico, ponía las manos sobre la cabeza de sus hijos, agrupados en su derredor; el tío Francisco y la tía Juana también, en medio de sus hijos, murmuraban llorando su oración; Gertrudis abrazaba a su hermosa hija, quien inclinaba la frente como agobiada por la felicidad, y Pablo sollozaba, quizás por la primera vez, teniendo aún entre sus manos la blanca y delicada de su adorada Carmen, que acababa de abrir para él las puertas del paraíso.
Palabra del Dia
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