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Quiere usted, con su inmensa bondad, aplicarme á los consuelos de la religión: eso no es para , no lo merezco. Usted lo merece todo, consuelo, amistad, amor. Yo lo que merece, y, por lo tanto, lo tendrá. Sentimientos como los de usted no han de estar olvidados tanto tiempo. ¡Bendita sea usted mil veces! Pero se equivoca, eso no es para .

Nos hundíamos, olvidados de todo; y si no estuviera mandado que lo cómico no acabe en trágico, en buena retórica, en aquel montón inquieto hubieran encontrado sepultura Álvaro y Ramona sofocados por uno de nuestros más humildes cereales». Aplausos y carcajadas ahogaron la voz del narrador.

Su temprana muerte fué muy sentida, y así consta de una colección de elegías, compuestas con este motivo por los más célebres poetas españoles . Montalbán, como dramático, tuvo mucha fama, y ha sido célebre en España hasta la época actual. Esta distinción, de que ha sido objeto, no parece enteramente justa, si se reflexiona que otros autores de más mérito han sido casi olvidados.

No sabía ciertamente el senador cómo se había realizado la inesperada reconciliación. Les había visto llegar un día á su casa juntos, mirándose con ternura, olvidados completamente del pasado. ¿Quién se acuerda de las cosas de antes de la guerra? había dicho el personaje . Ellos y sus amigos han olvidado completamente lo del divorcio.

Iban absortos en su conversación, olvidados de los que venían detrás, creyéndose a cien leguas de la gente, sin pensar en ella; levantaban a veces la voz, Marta singularmente; y Bonis, sin querer al principio, queriéndolo muy de veras después, oyó cosas interesantes. «Había que hablar cuanto antes a Emma; había que decirle el gran secreto de aquella pareja: que iban a casarse antes de un mes.

Ahora, pobreza, desconfianza, menosprecio, olvido.... ¿Dónde estaban los amigos de mis padres? No quedaban más que dos: el bondadoso médico y el desgraciado dómine.... Me a pensar en los días felices de mi primer amor. Entonces surgió ante mis ojos blanca figura de mujer. Esbelta, pálida, vaporosa, ideal, aquella imagen querida venía a recordarme olvidados juramentos, promesas no cumplidas.

Se extraña de haber podido odiar á Martínez y deseado á esta mujer con tanta vehemencia. Sólo conoce ahora la melancolía de una tristeza enorme con el recuerdo de estos seres que ya no son, que empiezan á morir segunda vez al quedar olvidados por los que les conocieron. Unicamente pueden inmortalizarse en la memoria del príncipe, pobre memoria destinada á perecer á su vez dentro de unos años.

Un apéndice en prosa, que le sigue, se propone llamar la atención hacia antiguos dramas del autor, ya olvidados; acusar de ingratitud á los actores y al público, y recomendarle algunas comedias que compuso en sus últimos años.

Cuando el buque estuvo frente a las islas y los pasajeros contemplaron las montañas, tras las cuales se ocultaba el sol ensangrentando el horizonte, los dos se hablaban ya con rápida confianza y sus manos sentían un estremecimiento simpático al encontrarse entre las hojas de las partituras. Veíanse solos en el salón, olvidados de la gente, que había afluido a los costados del buque.

Y, mientras me hacía estas reflexiones, sus miradas seguían mezclándose, olvidados ambos de todo lo que los rodeaba. Y, cuando entré, no bajaron siquiera los párpados, sino que los dos se volvieron hacia , sorprendidos y contrariados; parecían preguntarse: «¿Por qué nos perturba este viejo, este extrañoTuve ganas de ponerme a chillar como un animal cuando lo degüellan.