Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 18 de junio de 2025
Almudena ordenó después que había de buscar una olla de barro con siete agujeros, con siete nada más, todo sin hablar, porque si hablaba no valía. ¿Pero dónde demontres estaban esas ollas con siete agujeros? A esto replicó el ciego que en su tierra las había, y que aquí podían suplirse con los tostadores que usan las castañeras, buscando el que tuviese siete bujeros, ni uno más ni uno menos.
Sólo algunas hogueras esparcidas aquí y allá alrededor de la alquería, de las que se elevaba en el cielo un humo débil, indican el emplazamiento del vivaque. Los montañeses, sentados alrededor de las ollas, con el sombrero echado atrás y el fusil en bandolera, se hallaban aburridos; hacía tres días que esperaban al enemigo.
La pobre casa de torcidos y ásperos harigues, de irregular distribución y peligrosa nipa, que por todo ajuar mostraba en las cañas de sus tabiques media docena de pintarrajeados cuadros de asuntos místicos, cuatro toscos bancos en su caída, dos ollas en el fogón, unos cuantos petates en el suelo, y un desvencijado aparador en la sala, hoy ha sufrido una notable transformación.
A las nueve de la mañana llegaron indios, los cuales ascendieron 60 personas entre hombres y mugeres, y entre ellos una china ladina, sobrina del cacique Calpisquis, la que dijo que toda aquella gente era del expresado cacique, que venian á vender caballos y reses por bayeta, ollas, bugerias, bizcocho, sombreros, harina, aguardiente y porotos: los agasajé, dándoles de comer y aguardiente, y se empezó la feria.
Sancho Panza, que lo escuchaba todo, dijo: -El rey es mi gallo: a Camacho me atengo. -En fin -dijo don Quijote-, bien se parece, Sancho, que eres villano y de aquéllos que dicen: "¡Viva quien vence!" -No sé de los que soy -respondió Sancho-, pero bien sé que nunca de ollas de Basilio sacaré yo tan elegante espuma como es esta que he sacado de las de Camacho.
¿Qué? decía éste levantando los medio caídos párpados. Que te suena la cabeza. Perico abría los ojos desmesuradamente sin comprender. Sí; ya rato que la estoy oyendo sonar: hace glu, glu, como las ollas cuando hierben... ¡Qué tonterías tienes, Miguel! Te digo que sí, que te está sonando. ¡Milagro que tú no la oyes! Perico, entendiendo al fin la broma, se encerraba de nuevo en su mutismo.
Así que vuelvo a decir que a Camacho me atengo, de cuyas ollas son abundantes espumas gansos y gallinas, liebres y conejos; y de las de Basilio serán, si viene a mano, y aunque no venga sino al pie, aguachirle. ¿Has acabado tu arenga, Sancho? -dijo don Quijote.
806 Salieron lazos, cabrestos, coyundas y maniadores, una punta de arriadores, cinchones, maneas, torzales una porción de bozales y un montón de tiradores. 807 Habia riendas de domar frenos, estribos quebraos; bolas, espuelas, recaos, unas pavas, unas ollas, y un gran manojo de argollas de cinchas que había cortao.
Desde aquí se volvieron al navio. El Padre Cardiel, y los que fueron por tierra, subieron á una alta sierra, en cuya cumbre encontraron un monton de piedras, que desenvueltas, hallaron huesos de hombre allí enterrados, ya casi del todo podridos, y pedazos de ollas enterradas con el cuerpo.
Palabra del Dia
Otros Mirando