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Actualizado: 30 de abril de 2025


Y la atención se convirtió á la linda morena que ocupaba el columpio.

La peña aquella ocupaba tres mesas, y antes de que los parroquianos llegaran, el mozo les ponía a todos el servicio. Juan Pablo entraba a las ocho, cuando aún no había en el local más que tres o cuatro personas, y los mozos estaban de conversación sentados junto al mostrador. En este, el amo o encargado preparaba los servicios, poniendo pilas de platillos de azúcar.

Sin quererlo yo misma, hablé a todo el mundo de la Reina, y todos me decían, con gran sorpresa de mi parte, que la Reina era la piedad y la virtud personificadas; que adoraba a su marido, al que ayudaba a llevar el peso de la corona, y que no se ocupaba, imitándole a él, más que de la prosperidad de sus pueblos.

Ya habían subido; ocupaba su partido el poder en uno de aquellos cambios de rumbo previstos y ordenados a que vivía sometida la nación por la política de balancín, y Rafael era de la Comisión de Presupuestos, para que se soltase a hablar con algo más que preguntas. Había que hacer méritos; justificar su llegada a uno de aquellos puestos, que según decían, le guardaba el jefe.

La casualidad vino en su ayuda resolviendo el asunto a su placer, cuando menos lo pensaba. Una noche se encontraron en el teatro de la Comedia. Raimundo, que transcurrido el año de luto solía ir de vez en cuando, estaba con su hermana en las butacas. Ella ocupaba un palco bajo frente a ellos.

Todos los comensales se pusieron de pie a la entrada, del corregidor, quien, sin hacer atención en el cacique don José Gabriel, se dejó caer sobre la silla que éste ocupaba, y el noble indio fué a colocarse a otro extremo de la mesa, sin darse por entendido de la falta de cortesía del empingorotado español.

Ocupaba uno de sus frentes una chimenea de mármol blanco, y formaba el otro una gran ventana de cristales, abierta de arriba abajo, que dejaba entrar el sol a raudales y permitía ver la verdura del parque en primer término, la arena de la playa más lejos y el azul del mar en lontananza.

En el comedor oíase el ruido de los cubiertos que secaba Visanteta, la única que se enteró de la visita del señor Cuadros y de lo larga que resultó. Ella fue la que oyó las risas apagadas de la señora y el arrastre de algunos muebles, como si fueran empujados con violencia; pero era una muchacha prudente y reservada, que sólo se ocupaba de sus actos, sin detenerse a interpretar los ajenos.

Todos le contemplaban curiosamente y sin quitarle ojo, excepto Pedro, el cual, ajeno totalmente al espectáculo, se ocupaba en sacar el cartucho quemado de la escopeta y en arreglar sus llaves. Una llama brotó súbito de la hierba y rozó el hocico del animal, que sacudió la rama con violencia. Ya le come, ya le come, por do más pecado había dijo riendo el cura.

Aderezado de esa manera, ahorcábase en sus cuellos a la degollée, muy en moda entonces, y con una corbata con los colores de la patria; comía en un verbo, hacía comer a los muchachos, y en cinco minutos ocupaba majestuosamente su trono en el primer extremo del mostrador, campo de sus hazañas, donde, apoyado con toda la elegancia de que era capaz, pasaba la hora estéril del crepúsculo hasta que la noche llegaba y la high-life de aquella época entraba a disputarse las novedades de lo de Bringas.

Palabra del Dia

bagani

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