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Actualizado: 1 de octubre de 2025
Hasta del mal ladrón le estaba dando lástima en aquel momento. ¡Cuánta mayor lástima le daría del Magistral que, según ella, no era ladrón, ni malo ni bueno!». La forma del sacrificio, el día, la ocasión, todo estaba señalado: se juró no volverse atrás; aquella exaltación era lo que ella necesitaba para poder vivir; si más tarde el cansancio, la relajación de aquellas fibras tirantes traían a su ánimo la cobardía, los reparos mundanales, prosaicos, el miedo al qué dirán, no haría caso... iría derecha a su propósito sin vacilar, sin deliberar más.
Pensar en el dinero y en lo que comeré mañana, comprar tierras, discutir con los labriegos, estudiar los abonos, tener hijos que me preocupen con sus resfriados y los zapatos que rompen; no llevar mis aspiraciones mundanales más allá de vender bien la cosecha. Hay momentos en que quisiera ser gallina. ¡Qué bien!
Por todo aquello que sus libros devotos le aconsejaban huir, venía en conocimiento de cuan ciertas deben ser las palabras con que se le avisaban los peligros mundanales, y por la interminable y fatigosa excitación a la virtud, podía apreciar cuan hondas y frecuentes son las simas del pecado.
Sus héroes no buscan la muerte por motivos criminales, sino, al contrario, salen á su encuentro impulsados por la fe más pura y por los afectos más nobles; no insensibles, cuando esperan y cuando temen, no, sino llevando en su corazón amor todopoderoso y confianza inmutable en la grandeza de la Divinidad; y así, entre el tumulto de los demás hombres, que luchan entre sí sin descanso, atraviesan los cementerios, llenos de cadáveres, y los campos de batalla de la tierra; nubes tempestuosas, pesadas y sombrías, vuelan por debajo, y no sin esfuerzo se arranca su alma eterna de lo finito que le rodea; pero la fe los precede y los ilumina con su antorcha, y, cobrando fuerzas del poder divino de la religión, apuran sin murmurar la copa de la amargura; elevándose, en virtud del sentimiento de su unidad con lo eterno, ven disiparse bajo ellos, como vanas sombras, los dolores y las alegrías mundanales; y ante los rayos divinos que los iluminan, siempre más brillantes, abandonan su condición mortal, y, llenos de gloria, y coronados de blancas rosas, penetran en triunfo por las puertas de la muerte, que se abren para dar paso á los bienaventurados, que los reciben con sus palmas victoriosas.
Por eso sin duda era más pálida su cara, sus ojeras más hondas y el oro mate de su pelo tenía una tonalidad más antigua. Y aquellas sus anchas pupilas, con cierto brillo febril en su dulzura profunda, ¿no revelaban también la imaginación apaciguada por una larga contemplación visionaria y ajena, desde hacía muchos años, a toda suerte de seducciones mundanales?
Ya que ella tenía la dicha de parecerse a su madre un poco, como afirmaba Raimundo, se creía con cierto derecho a su afecto. Nada; cuando usted se aburra aquí sola, se viene usted a mi casa que está cerquita, y nos aburriremos juntas, que siempre es más llevadero. La pobre Aurelia, confundida por aquella amabilidad y charla mundanales, no hacía más que sonreír.
Regresar a la catedral era quedarse en ella para siempre, renunciar a la vida; y él, que durante la guerra había gustado los encantos mundanales, no quería abandonarla tan pronto. Aún no era mayor de edad: tiempo le quedaba para acabar sus estudios. El sacerdocio era un retiro seguro, al que no tenía prisa de volver.
Sentáronse Consejero, D. Norberto y él a la mesa, y no tardaron en abstraerse de todos los ruidos mundanales bajo la influencia fascinadora de la espada, la mala y el basto. Poco después Consejero rechinaba los dientes y se tiraba cruelmente del bigote, encontrándose dos veces seguidas con el tres de bastos, su enemigo personal. Hacía ya muchos años que se tenían declarada una guerra a muerte.
Los últimos momentos de Bonaparte en Santa Elena, me han hecho reflexionar mucho sobre el camino que Dios ha trazado, y que conduce de las glorias mundanales al panteón de la nada. Algo más cerca ha herido mi corazón la muerte del célebre poeta inglés lord Byron.
Palabra del Dia
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