Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 7 de noviembre de 2025
Cobo, según lo que veía, no adelantaba un paso, lo cual le tranquilizaba. Pero el asunto cambiaba ahora de aspecto. Por eso ya no tomaba parte en la alegría del grupo y dirigía a la pareja unos ojos de carnero que despertaban lástima. Sin embargo, la niña, a su gran satisfacción, no se mostraba demasiado amable con el conde.
Y les mostraba noblemente la mercancía esparcida a sus pies, las cartillas de ciegos, con las páginas al viento o puestas en ángulo con el lomo en alto. Los dos jóvenes diéronle las gracias. No os ofrezco el órgano siguió diciendo porque le tengo querencia a la Gran Marcha. Pero cuando me canse, venid por él: pasaréis buenos ratos. Se alejó la enamorada pareja.
Pues a mí me gusta la receta de Su Eminencia, especialmente lo del pan, pues el Catecismo maldito si hace falta, ya que todos lo aprendemos de pequeños. El perrero mostraba cada vez más entusiasmo hablando de su príncipe.
Y mientras Gallardo sonreía de un modo enigmático, el torerillo rebuscaba en sus bolsillos. Me apresia mucho... ¡Mie usté qué pitillera me ha traío de París!... Y mostraba con orgullo la metálica cigarrera, en cuya tapa lucían sus desnudeces unos angelitos esmaltados sobre una dedicatoria casi amorosa.
Tristán se mostraba sobrio de palabras y ensimismado. ¿Qué es eso...? Parece que estás de mal humor. Nada tengo distinto de otros días. En general no encuentro en la vida grandes motivos para estar muy contento. Así hablan solamente los que son demasiado felices en este mundo. ¿Lo cree usted? preguntó distraidamente el joven. Sin duda; y tu ejemplo me lo confirma.
Solo consigo mismo, ante un espejo de Venecia que le mostraba sin piedad su nueva imagen, cayó Alfredo L'Ambert en un abatimiento profundo.
Ahora bien, siendo limitado el número de las confidentes, se mostraba cada vez menos difícil y descendía cada día un grado en escala social.
La broma produjo gran algazara en la muchedumbre. Volvió a reinar el silencio. La corbeta comenzaba a virar, apoyada en el cabo de tierra, que rechinaba con la tensión. La gente del muelle se puso a hablar con la de a bordo. Pero ésta se mostraba silenciosa, taciturna, atendiendo a las maniobras más que a las preguntas que les dirigían.
Sus cartas casi son de amor. ¡Cómo transforman las desgracias nuestro carácter! Dice que ve la vida de otro modo; tiene la esperanza de que después de este cataclismo, que nos habrá hecho mejores, podremos juntarnos y ser felices. ¡Ah, si yo quisiera!... Su tono era irónico al mencionar esta felicidad quimérica, pero mostraba al mismo tiempo respeto y admiración.
Pasaron rozando la abandonada galerita, que, oculta bajo su funda de lienzo, sólo mostraba las ruedas, ligeras, amarillas y finas como las de un juguete; y después de asomar su cabeza con cierta zozobra por la puerta de la cuadra, entraron en el antro obscuro y maloliente, recogiéndose las faldas y hundiendo sus elegantes botinas en la blanda y húmeda capa de estiércol.
Palabra del Dia
Otros Mirando