Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 5 de junio de 2025


Los que no sois aficionados, siempre empleáis los mismos argumentos, ¡los caballos!... ¡las tripas!... Si atendieseis a la lidia, no repararíais en esas menudencias... pero, ¡claro está! no sabéis lo que está pasando, no os ocupáis de estudiar el toro, os aburrís, y vais a mirar allá al otro extremo de la plaza a ver si a algún caballo se le ha salido el mondongo... Y en último resultado, ¿qué? ¡No parece más que no habéis visto nunca las tripas de un animal! ¿No os coméis todos los días el chorizo en el cocido?

Desprendido de las manos de su mujer, que como tenazas le sujetaban, Ido volvió a sus mímicas, y Nicanora, sabiendo que no había más medio de aplacarle que dar rienda suelta a su insana manía para que el ataque pasara más pronto, le puso en la mano un palillo de tambor que allí habían dejado los chicos, y empujándole por la espalda... «Ya puedes escabecharnos le dijo , anda, anda; estamos allí, en el camarín, tan agasajaditos... Fuerte, hijo; dale firme y sácanos el mondongo...».

Por ti y tus vicios estoy empeñada en más miles que pesas, trapalón, y cuando toquen a embargar, la viuda de Peribáñez el de Candelario tendrá que ponerse al buñuelo, a la castaña, al aguardiente o al mondongo.... Sacados te vea yo los ojos, hi de mujer mala.

«A no me puede nadie gritó la infeliz con frenesí, los ojos desencajados, forcejeando contra los cuatro brazos que la querían sujetar . Soy Mauricia la Dura, la que le abrió una ventana en el casco a aquella ladrona que me robaba los pañuelos, la que le arrancó el moño a la Pepa, la que le arañó la cara a doña Malvina la protestanta... Suéltame tiorra pastelera, o de una mordida te arranco media cara. ¡Persona decente !... , que dejas un soldado pa tomar otro... que tienes ya el corazón como la puerta de Alcalá, de tanta gente como ha entrado por él... Ja, ja, ja... Loba, más que loba, so asquerosa, judía, con más babas que un perro tiñoso... cara de escupidera, zurrón, celemín de peinetas... verás qué recorrido te doy... así, así, y te arranco la nariz, y te escupo los ojos, y te saco todo el mondongo...». Por fin no eran voces humanas las que de sus labios llenos de espuma salían, sino rugidos de fiera sujeta y acorralada.

Pero al año de estos tratos, yo no lo que pasó... ello fué cosa de algún atrevimiento apostólico de Bailón con las neófitas: lo cierto es que Doña Malvina, que era persona muy mirada, le dijo en mal español cuatro frescas; intervino D. Horacio, denostando también á su coadjutor, y entonces Bailón, que era hombre de muchísima sal para tales casos, sacó una navaja tamaña como hoy y mañana, y se dejó decir que si no se quitaban de delante les echaba fuera el mondongo.

Yo lo tengo en imperdible añadía Amalia Amézaga, señalando a otro marrano no menos lucio, que hozaba entre los encajes de su corbata. ¡Válgame Dios! ¡qué moda más fea! exclamaba Luisa Natal, hermosura próxima al ocaso, y muy atenta a no usar perifollo alguno que su belleza no realzase . Yo no me pondría semejantes bichos; ¡se acuerda uno del mondongo! ¿verdad, condesa?

Palabra del Dia

dermatológicas

Otros Mirando