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Actualizado: 20 de junio de 2025


No llores, tontina, que el dolor de los zurriagazos pasará y la ciencia te quedará en la mollera para siempre dijo cortando con su navaja un pedazo del pan y metiéndolo en la boca. Si quieres saber mi dictamen, cuanto más te peguen más contenta debes de estar. ¿Qué serías si Concha no tuviese la misericordia de castigarte duro?

Su corazón es tan entero como el tuyo ó el mío; lo que hay es que tiene en su mollera mucho más de lo que tendrás nunca debajo de ese puchero de peltre que te cubre el cráneo y por consiguiente ve más allá y siente más hondo que nosotros, y se afecta con lo que no puede afectarnos.

En invierno abrigábase con una chaqueta que fué de su señor abuelo, la cual, después de cortadas las mangas por el codo, á Pacorrito le venía que ni pintada para gabán. En el cuello le daba varias vueltas, á manera de serpiente, un guiñapo con aspiraciones de bufanda, y cubría la mollera con una gorrita que afanó en el Rastro.

Hasta que no pude más estuve arreando leña detrás del palacio del capitán, y cuando ya me vi cercado por más de treinta salté la cerca de la Pedrosa y me metí en la vega. El palo se me había roto en dos cachos sobre la mollera de Firmo de Rivota y tuve que sacar un bárgano de la sebe para defenderme.

Entre las agudezas del príncipe de Esquilache, cuentan que le dijo a un sujeto muy cerrado de mollera, que leía mucho y ningún fruto sacaba de la lectura: Déjese de libros, amigo, y persuádase que el huevo mientras más cocido, más duro. Esquilache, al regresar a España en 1622, fué muy considerado del nuevo monarca Felipe IV, y murió en 1658 en la coronada villa del oso y el madroño.

Váyase usted al rábano con sus Conjuntos y sus papás, le dijo Torquemada echando lumbre por los ojosBailón no insistió; y juzgando que lo mejor era distraerle, apartando su pensamiento de aquellas sombrías tristezas, pasado un ratito le habló de cierto negocio que traía en la mollera.

Y el Padre Urtazu se tiraba enérgicamente de los cortos cabellos entrecanos que en sus sienes crecían, fuertes como matas de abrojos. ¿Qué dice a eso la chica? interrogó después de súbito. No hemos hablado aún.... ¡Pues eso es lo primero, desgraciado! ¡Ay, que con los años se nos va reblandeciendo la mollera! ¿A qué aguarda? Vélez de Rada fue todavía más terminante y categórico.

Tienes más talento y más labia, y más aquel en la mollera, que toos los abogaos juntos de Cáiz, de Sevilla y hasta de Madrí... ¡Si sabría yo a qué aldabilla me agarraba cuando busqué a mi niño!...

Mas apénas había andado dos leguas, quando héteme otros quatro héroes de dos varas y tercia, que me lo agarran, me le atan, y me le llevan á un calabozo, Preguntáronle luego jurídicamente si queria mas pasar treinta y seis veces por baquetas de todo el regimiento, ó recibir una vez sola doce balazos en la mollera.

Nos vamos a romper la mollera gemía yo, aferrándome al brazo del comandante, mientras que Pablo ofrecía el suyo a Blanca. ¿Estamos tristes, Reinita? me preguntó quedo el comandante. Habláis como mi cura respondí emocionada. Vamos a ver: ¿Queréis tener confianza en mi? Yo no tengo tristezas ni confianza en nadie contesté de mal modo.

Palabra del Dia

rigoleto

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