Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 25 de julio de 2025
Herminia se aproximó instintivamente á su marido, como si esperase necesitar su protección. Desde esta mañana os veo regocijaros; os oigo cantar victoria ... y os dejo hacer. Hay que gozar de los buenos instantes, cuando se presentan; siempre es esto una ventaja sobre los fastidios de la existencia.
Resolvímos detenernos allí, dejando partir el vapor que á las ocho de la tarde seguia en direccion á Zuric, y esperamos la siguiente mañana para visitar las curiosidades de Horgen.
Y mientras el gran vaho nocturnal se disipaba en aquella mañana de enero, pudo oírse, a lo largo de las calles, el repiqueteo del cascabel y el firme trotar de la soberbia yunta de zainos que arrastran la victoria de Lorenzo Fraga, en el inusitado madrugón de aquel día.
Dia 17. Se rompió la marcha siguiendo el mismo rumbo: pasamos cuatro arroyos y paramos en el último, por ser el sol muy fuerte, y habernos llovido de mañana. De aquí se despacharon dos indios de Lepin, de chasques, con cartas del Comandante al teniente D. Francisco Macedo, que se hallaba en la Sierra del Cayrù, para que, siguiendo el arroyo de dicha sierra, se incorporase con nosotros.
Su acento había perdido la aspereza iracunda de por la mañana, aunque estaba más ronca y tenía tonos de dolor y de miseria, implorando caridad. La fiera estaba domada.
El domingo anterior, por la mañana, había estado a verle. Durante una hora estuvo llorando en el aposento del doctor; Petrov no la vio; pero a media noche, cuando todos dormían ya, tuvo un ataque de locura.
A la mañana siguiente, a las ocho, despertaron a Bonifacio diciéndole que deseaba verle un señor sacerdote. ¡Un sacerdote a mí! Que entre. Saltó de la cama y pasó al gabinete contiguo a su alcoba; no puede decirse a su gabinete, pues era de uso común a todos los de casa.
Tengo además en cuenta que tú te vas y no podrás verla ya hasta tu vuelta, mientras que yo vivo ahí cerca y podré ver esa sepultura mañana, pasado, todos los días y en todos los instantes que yo quiera. ¡Adiós, Amaury, adiós! »Y alejándose con lentitud sin aguardar mi respuesta, desapareció en la oscuridad.
Pero si alguna confianza le inspiraron mis palabras aquel día, bien poco le duró a la infeliz; porque a la mañana siguiente, tras una noche de lluvias torrenciales, apareció radiante el sol en un cielo sin nubes, y el suelo del valle y las laderas de los montes desnudándose a toda prisa de sus blancas y espesas envolturas, que, convertidas en arroyos cristalinos y murmurantes, corrían por prados y regateras a sumirse en el álveo del Nansa, henchido ya hasta las malezas de sus bordes, entre las cuales iba dejando el río la carga de sus espumas.
Lo que tú vas a hacer, es ir mañana a avistarte con tu primo y decirle que, avergonzado de tu falta, te casas con mi hermana, como debe hacerlo un caballero. Si él da su permiso, mejor: si no lo da, es igual. Tú te casas, y procuras, corrigiéndote, no hacer infeliz a tu mujer. El señorito había echado atrás su silla, como escandalizado por lo enorme de la pretensión.
Palabra del Dia
Otros Mirando