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Actualizado: 25 de octubre de 2025


El despertar de Jacobo fue alegre: había ganado la noche antes, jugando en el Casino hasta las cuatro de la mañana, más de cinco mil duros.

¿Me permite usted que vuelva?... Entonces, márchome enteramente feliz. Creyó conveniente no prolongar más su visita y se dispuso a despedirse. ¡Hasta bien pronto! le dijo ella tendiéndole con amable vivacidad su mano. Hasta mañana, si quiere usted. , venga usted mañana: tal vez... tal vez tenga un consejo que pedirle.

Espere usted, P. Camorra, ¡espere usted! Pase que por ahora el pueblo sea debil y no tenga tantos conocimientos, yo tambien lo creo así, pero no será mañana, ni pasado.

Borre esa frase. Está mal escrita. Las mujeres no escriben bien más que las cartas. No tienen la especialidad de los testamentos. Entonces, continúo: «Yo, Honorina Lavenaze, viuda de Chermidy, sana de cuerpo y de espíritu, lego todos mis bienes muebles e inmuebles a Gómez, marqués de los Montes de Hierro, hijo único del conde de Villanera. Y mañana por la mañana quedará rubricado. ¡Vaya usted!

En la mañana del cuarto día de movilización, al salir de su casa, en vez de encaminarse al centro de la ciudad marchó con rumbo opuesto, hacia la rue de la Pompe. Algunas palabras imprudentes de Chichí y las miradas inquietas de su esposa y su cuñada le hicieron sospechar que Julio había regresado de su viaje.

Y así, aquella noche los dejaron, y a la mañana les pidieron que se desnudasen, y se halló que de todos sus vestidos juntos no se podía hacer una mecha a un candil. Quedáronse en la cama, digo envueltos en una manta, la cual era la que llaman ruana, donde se espulgan todos.

En vista de la exigencia de Bonelli, mando llamar esta mañana a Trouchín, el de la calle del Arenal, que nunca me ha servido nada; le propongo servirme la cena de mañana, la ajusto, nos convenimos; pero el condenado ¿creerá usted?, con muchas cortesías y mucha labia me dice que si no le pago anticipadamente no hay cena... Esto ya es un insulto. Jamás me ha pasado cosa igual... Le diré a usted.

Allí lo tuvieron encima del almacén del agua, á do desque hubo confesado le ahogó un hombre que alquiló el verdugo, y desnudólo é hízolo cuartos que quedaron allí hasta la mañana siguiente. E luego por la mañana pusieron la cabeza en la picota, un cuarto en la puerta del Arenal, otro en la de Minjoar y el otro en la de la Carne

A la mañana siguiente, el periódico contenía íntegro el discurso del coronel Armando, en el que se leía que el sublime Webster, en cierta ocasión, había expresado sus pensamientos en un chino excelente pero del todo incomprensible. La rabia del coronel Armando no tuvo límites.

Si hoy te humilla derrota pasajera mañana te alzarás, más grande y fuerte, sobre el fantasma de tu infausta suerte.

Palabra del Dia

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