Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 5 de mayo de 2025
Lo que me abrasaba era pensar que estaba enamorada de Don Vela; lo que me quitaba el juicio era imaginar la conformidad de sus voluntades; pero en viendo que estaba forzada, violentada, afligida, que le afeaba, que le ponía defectos, que maldecía á su madre, que infamaba á Gerarda, que quería más á Celia, y que me llamaba su verdad, su pensamiento, su dueño y su amor primero, así se me quitó del alma aquel grave peso que me oprimía, que vían otras cosas mis ojos, y escuchaban otras palabras mis oídos, de suerte que cuando llegó la hora de partirse, no sólo no me pesó, pero ya lo deseaba.»
¡Oh, mientras el ancho sol ocultábase allá abajo y se alejaban todos jadeantes, agrandando sus sombras sobre los terrones de los surcos y las sendas húmedas con el sereno del crepúsculo, cómo maldecía yo, cómo odiaba a toda la banda, hombres y animales!... Ni mi compañero ni yo podíamos lanzar, como de costumbre, unas notitas de despedida a ese día que expiraba.
786 Allá pasamos los dos noches terribles de invierno: el maldecía al padre Eterno como a los Santos benditos, pidiendolé al diablo a gritos que lo llevara al infierno. 787 Debe ser grande la culpa que a tal punto mortifica; cuando vía una reliquia se ponía como azogado, como si a un endemoniado le echaran agua bendita.
La ortodoxia las maldecía desde luego; después, cuando ha visto que era imposible detener el torrente, que la humanidad seguía su camino, inquietándose poco de dejarla atrás, se ha puesto a correr detrás de su pupila infiel, a hacerse la apurada, a pretender que había querido lo que ha sucedido y que se le debe mucho reconocimiento por ello".
Era, sin darse cuenta de ello, una mística del amor; quería sentirlo y poseerlo en espíritu, con la suave delicia del arrobamiento; y como aquella belleza que suponía funesta le sujetaba al suelo, maldecía de ella viendo en la expresión turbadora de sus ojos, en la púrpura de sus labios, y hasta en el timbre voluptuoso y penetrante de su voz, otros tantos presagios de irremediables infortunios.
Yo maldecía mi caridad; la caridad que tan feliz me había hecho, y que tan feliz había hecho a Amparo. Y me decía: «La caridad es una debilidad; la caridad es la manía de los imbéciles; la caridad se vuelve contra quien la practica. ¿Por qué sentí caridad hacia Amparo? Porque era un insensato.»
Muchos sostenían que la preponderancia de la casa sobre las otras tabernas de la huerta se debía á estos asombrosos adornos, y Copa maldecía las moscas que empañaban tanta hermosura con el negro punteado de sus desahogos.
»Prometióselo Lotario, y, en apartándose dél, se arrepintió totalmente de cuanto le había dicho, viendo cuán neciamente había andado, pues pudiera él vengarse de Camila, y no por camino tan cruel y tan deshonrado. Maldecía su entendimiento, afeaba su ligera determinación, y no sabía qué medio tomarse para deshacer lo hecho, o para dalle alguna razonable salida.
A las veces me reía de mí; sí, reía de mi locura, y maldecía yo de aquella pasión que poco a poco me iba subyugando, que me tenía intranquilo, y que ante mi propia conciencia me hacía parecer despreciable y desleal. ¡Cuánta razón tenía Linilla para dudar de mí!
Gesticulaba y maldecía y decía refranes a destajo.... Encima de una silla, con la tapa levantada y el seno vacío, se estaba muy echada para atrás, y muy burlona, una cajita de hierro, cuyo contenido se había llevado tranquilamente el joven Fernando, el hijo predilecto y mimado de la señora.
Palabra del Dia
Otros Mirando