Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 21 de junio de 2025


Si esa buena pieza tuviera que ser juzgada por nosotras, las cinco que estamos aquí, ¿saldría acaso tan bien librada como ahora con una sentencia cual la dictada por los venerables magistrados? ¡No por cierto! Buenas gentes, decía otra, se corre por ahí que el Reverendo Sr.

Y ¿quién se dice, mi excelente señor, que es el padre de la criaturita, que parece contar tres ó cuatro meses de nacida, y que la Sra. Prynne tiene en los brazos? En realidad amigo mío, ese asunto continúa siendo un enigma, y está por encontrarse quien lo descifre, respondió el interlocutor. Madama Ester rehusa hablar en absoluto, y los magistrados se han roto la cabeza en vano.

19 Y viendo sus amos que había salido la esperanza de su ganancia, prendieron a Pablo y a Silas, y los trajeron al foro, ante el magistrado; 20 y presentándolos a los magistrados, dijeron: Estos hombres, siendo judíos, alborotan nuestra ciudad, 21 y predican ritos, los cuales no nos es lícito recibir ni hacer, pues somos romanos.

, por cierto: la hay tanto en las Sagradas Escrituras como en los Estatutos de la ciudad. Los magistrados que no han hecho caso de ella, tendrán que culparse á propios, si sus esposas ó hijas se desvían del buen sendero. ¡El cielo se apiade de nosotros! buena dueña, exclamó un hombre ¿no hay por ventura más virtud en la mujer que la debida al temor de la horca? Nada peor podría decirse.

He encontrado Kin-Tcheou, pero en la provincia de Ching-King, en el golfo de Leou-Toung, en el mar Amarillo. ¡Póngase usted en lugar de una pobre viuda que no sabe en qué latitud la han privado de su marido! »Sea lo que fuere, los magistrados de Ky-Tcheou o Kin-Tcheou, en la desembocadura del río Li-Kiang, habían maltratado a dos misioneros franceses.

Y no es acusando á diestro y siniestro á todo el mundo como lograrán probar que un juez de instrucción, doce jurados, tres magistrados y la justicia en masa se han engañado groseramente y enviado un inocente á presidio. Á no ser que se pruebe, dijo miss Harvey, que las apariencias fueron arregladas tan hábilmente que fué imposible no creer en la culpa de ese desgraciado.

El juez Malam era considerado, naturalmente, en Tarley y en Raveloe, como un personaje de vasta inteligencia, visto que era capaz de sacar sin pruebas conclusiones mucho más profundas que las que se podían esperar de sus vecinos que no eran magistrados. No era posible que semejante hombre descuidara el indicio de la caja de yesca.

El vago reflejo de una magnificencia que vivía en el recuerdo, una imitación pálida y débil de lo que habían presenciado en el viejo Londres, no diremos de una coronación real, sino de las fiestas con que se inaugura el Lord Corregidor de aquella gran capital, podría trazarse en las costumbres que observaban nuestros antepasados en la instalación anual de sus magistrados.

¿No conoce usted a nadie que conozca a alguno de los magistrados? Le digo a usted que no. ¿Ni siquiera a un mal portero? Aguarde usted.... ¡Pero quiá! Siga usted, siga usted... Calle usted, hombre, ¡qué majadería!

Una diputación de magistrados lo recibió con toda la etiqueta de rigor. Supongo que quedaría satisfecho de la arenga. Si los chinos adoran la etiqueta, los marinos no la detestan. Se le izó sobre un caballejo. Desde aquí le veo trotando y dando tumbos. Doce jóvenes vestidos de seda de color de rosa marchaban a sus lados, con una pluma de pavo real en la mano.

Palabra del Dia

ayudantes

Otros Mirando