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Actualizado: 21 de julio de 2025
Los chinos no caían sin defenderse, luchando desesperadamente a puñetazos y puntapiés y golpeando a los caníbales con las espumaderas, los arpones, los cuchillos y hasta con troncos encendidos que sacaban de las fornallas. Trataban a toda costa de llegar a la playa y ganar las chalupas, donde les esperaban el Capitán y sus compañeros.
Se enfureció Pirovani, pero con una cólera ardiente, al recibir tal insulto en presencia de Elena. Y como su violencia de sanguíneo necesitaba pasar á la acción, por toda respuesta se arrojó sobre el ingeniero, abofeteándole. Inmediatamente los dos hombres se agarraron, luchando á brazo partido, mientras la Torrebianca, perdida la serenidad, empezaba á dar voces de espanto.
Al fin Robledo reconoció la pertinencia de estos consejos, marchándose á Buenos Aires. Varios meses anduvo por los ministerios, solicitando que se reanudasen las obras y luchando con las rutinas técnicas y administrativas. También tuvo que esforzarse por mantener su crédito en los Bancos.
Luchando con algunas dificultades en el manejo de este instrumento, Flora logró arrancarle una melodía recalcitrante, acompañándola el Inocente con los palillos. La pieza que coronó la velada fue un rudo himno de misa campestre que los novios, entrelazadas las manos, cantaron con gran entusiasmo y vehemencia.
Y recogiéndose el abrigo subió de un salto al ribazo, saludándole por última vez con el pañuelo. Rafael remó río arriba hacia la ciudad. Aquel viaje a solas, cansado y luchando contra la corriente, fue lo peor de la noche. Cuando amarró su barca cerca del puente era ya de día.
¡Oh, la vida dura de continuos riesgos, la necesidad de ganarse el pan luchando con la oscuridad, con las tempestades y con el hombre, que era el peor de los enemigos!
Por su parte, Lorenzo pretendía meditar sobre su estado mental, luchando sin éxito con la incoherencia de sus ideas, en uno de esos curiosos estados de conciencia en que la voluntad parece desmayar a cada impulso y en que sólo se destaca nítido y claro el falso convencimiento de una enfermedad imaginaria.
La tal corriente añadió Ferragut fué una de las causas que precipitaron la decadencia de las marinas mediterráneas en el siglo XVI. Había que ir á las Indias recién descubiertas, y el marino catalán ó el genovés permanecían aquí en el estrecho semanas y semanas luchando con la atmósfera y el agua contrarias, mientras los gallegos, los vascos, los franceses é ingleses, que habían salido al mismo tiempo de sus puertos, estaban ya cerca de América... Por fortuna, la navegación á vapor nos ha igualado á todos.
Pero sus manos angustiosas volvieron á encontrar el frío y débil sostén cuando buscaban aquella isla de duros músculos coronada por una cabeza hirsuta y sonriente. Siguió en su tenaz flotación, luchando con el sopor que le aconsejaba soltar el apoyo flotante, dejarse ir á fondo, dormir... ¡dormir para siempre! Los zapatos y los pantalones continuaban tirando de él cada vez con mayor fuerza.
El Capitán, que había cortado una gruesa y pesada rama y le había dado forma de maza, iba ya a trabajar con ella, cuando se oyó un grito terrible. Volviéronse todos y vieron al joven chino luchando desesperadamente con una serpiente enorme que lo tenía preso entre sus anillos. ¡Gran Dios! exclamó el Capitán . ¡Un pitón! Todos estaban helados de espanto.
Palabra del Dia
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