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Actualizado: 9 de julio de 2025
Esta táctica parecía excitar cada vez más la locuacidad del enfermo; y aun se advertían en él ciertos deseos de comunicar alguna cosa de más trascendencia; mas tales deseos veíanse contenidos por la reserva y el silencio de Julia. Una mañana, por fin, ésta vino a sentarse más temprano que de costumbre a su cabecera.
Mas á pesar de esta nueva explosión de vida, el hidalgo descaecía visiblemente; su espalda se doblaba, sus mejillas se hundían, sus ojos iban perdiendo el brillo. Hasta en su locuacidad extraordinaria había algo de anormal que inquietaba á los conocidos.
Pero recelando que aquel secreto sería menos eficaz cuanto más se divulgara, contúvose en su locuacidad, y tan sólo dijo que bien podría suceder que de la noche a la mañana se les metiera por las puertas la fortuna. Al acostarse junto a Doña Paca, pues dormían en la misma alcoba, pensó que todo aquello de Almudena era una papa, y tomarlo en serio la mayor de las necedades.
El perrero se había alejado al oír que el maestro de capilla, de infatigable locuacidad cuando hablaba de su arte, acometía el tema de la música.
Postrado en la cama, pasaba a veces días enteros sin pronunciar una sola palabra, aunque Salvador hacía los imposibles por sacar una siquiera de aquel pecho que era un mar de melancolías. En cambio, otros días era tal su locuacidad que no podían seguirle la conversación incoherente y exaltada.
Y así como Adriana misma, mientras hablaban y reían con ligera locuacidad sobre temas con frecuencia pueriles, soñaban interiormente sus cosas ideales; y como ella, también, vivían sin dejar transparentar el mundo de imágenes amorosas y de suaves ideas que las encantaban en la cotidiana meditación. Alguna vez, cuando atardecía, abrían los balcones, que daban sobre la Avenida Quintana.
El marques se hombrea con el pobre artista y el senador con el estudiante de derecho al derredor de la misma mesa; se habla de todo y en voz alta en todos los salones; se fuma cigarro y cigarrillo sin tregua, y todo el mundo está contento, expansivo y chistoso entre aquella atmósfera caliente y espesa que obra sobre los cerebros excitando el ingenio picante y la locuacidad.
Y á fe mía, que de seguir todos el consejo habías de verte tú solo en el mundo. ¡Buena lógica, buena! Como de costumbre, te enredas en tus propios argumentos y te caes de bruces, dijo Colás con gran risa. Primera premisa: los hombres deben huir de mi locuacidad. Segunda: tú estás aquí comiendo arenques mano á mano conmigo. Ergo, tú no eres hombre.
Aquella distinguida sociedad vino provista de aquella exuberancia de animación, alegría y locuacidad, sin freno ni respeto alguno para el anfitrión, que la mayor parte distribuyó del modo más generoso posible, principalmente a costa de los festejados. La cosa hubiera terminado con escándalo, a no pertenecer los actores a la más alta escala social.
Era otra cosa, también, su manera de entrar, decir saludando algunas palabras distraídas, y luego, sentándose con las manos en los bolsillos, quedarse pensativo y como si estuviese completamente solo. Adriana se preguntaba por qué no había ya, entre él y ella, la locuacidad amable de la tarde que se habían conocido.
Palabra del Dia
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