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Actualizado: 11 de mayo de 2025
Como se llegase ya la hora de comer, dió la vuelta hacia casa meditando en la grave responsabilidad en que incurriría ante Dios y los hombres si, teniendo en sus manos aquel poder soberano, no lo emplease en la prosperidad y engrandecimiento de su pueblo natal. Al llegar a la Rúa Nueva, se encontró en la acera con Gabino Maza.
Antes de que llegase á manos del referido Gobernador esta providencia, recibí las que habia dado sobre el mismo asunto, en virtud del aviso de D. Juan Enriques, cadete de aquella guarnicion, que concordaban en substancia con lo que dijo Pinuer, acompañándolas con carta de 28 de Febrero de este año, en que se incluye una copia que dirigió por el mismo cadete á los que tuviesen el mando de las antedichas poblaciones, á efecto de que supiesen lo inmediatos que estamos los de su nacion, y el deseo de descubrirlos y sacarlos de aquel cautiverio, y la felicidad que les proporcionaba la Divina Providencia para el mas claro conocimiento de nuestra sagrada religion, incitándoles á la comunicacion.
Si la señora quiere pasar a la capilla... Había terminado el desfile de las cuadrillas. Por la puerta que daba acceso al redondel volvían trotando algunos caballos. Eran los picadores que no estaban de tanda y se retiraban de la arena para sustituir a sus compañeros cuando les llegase el turno.
Apesar de todo esto, el Sr. de Rivera no estaba satisfecho. No que lo manifestase tontamente y al primero que llegase, pues la circunspección era una de sus cualidades predominantes, pero lo dejaba traslucir a sus íntimos amigos.
Perdida, pues, la vergüenza y el temor de Dios, se amistó mal con algunos de sus iguales; y para que no llegase á oídos del Padre Cura de aquella Reducción, se llegaba á los Santos Sacramentos frecuentemente, con muestras de tierna devoción y algunas lágrimas en los ojos.
Pero transcurrieron muchas horas de la mañana sin que llegase el almuerzo ni el amable capitán. Pasado mediodía, cuando el coloso, mal acostumbrado por las abundancias de la noche anterior, empezaba á sentir el tormento del hambre, vió avanzar á través de la playa solitaria á un pigmeo que, sin duda, venía en su busca. No llevaba uniforme militar ni le seguía vehículo alguno.
¡Hum! exclamó el duque de Lerma ; nunca hubiera creído posible que este caso llegase para mí. Vos tenéis la culpa. ¡Yo! Vos me habéis dejado conocer tales cosas, que me habéis curado de espanto. ¿Y qué cosas son esas?
Descubrieron hácia la parte del norte una gran laguna que se extendia tres leguas al oeste, y casi otro tanto al norte, sin comunicacion alguna con el mar; pero no pudieron saber si dicha laguna era de agua dulce. El Padre Matias caminó cuatro leguas con su gente, y sabiendo que se acercaba el Padre Cardiel, le envió á decir que se llegase á donde su reverencia estaba.
Puede hablar, Baldomero, todo lo que quiera, lo que es por mí... Yo digo por el respeto, ¿no?... porque a la verdad, que si el patrón llegase a venir... ¿El qué?... ¡Hable claro!
Se esperaba, además, que llegase a tiempo de Málaga mucho cazón fresco, que Juana guisaría y haría servir a todos, o bien solamente a los apóstoles, profetas y reyes, si no llegaba cazón suficiente para el vulgo.
Palabra del Dia
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