Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 28 de junio de 2025


Y por último, si acometes altas empresas, las llevas a cabo y vences y triunfas, no quiero yo que todo esto se ignore, se sepa mal o se olvide, y el hermano Tiburcio, que es un buen letrado, te acompañará para ponerlo por escrito con el mayor esmero y legarlo a la posteridad más remota.

Cosas muy despreciables habeis leido, le dixo el cuerdo letrado; pero en todos tiempos y en todo pais es muy comun lo malo, y rarísimo lo bueno. Habeis dado acogida en vuestra mesa á las heces de la pedantería, porque en toda profesion lo que siempre se presenta con mas descaro es lo que ménos merece salir á la plaza.

Deseoso de informarme de esta particularidad, he tratado de hacer averiguaciones, y mi estimable compañero el letrado D. Manuel Villava me ha manifestado, que al reedificar su casa que se halla frente al arco de S. Roque, encontró un subterráneo ó bóveda; y el archivero del metropolitano templo de la Seo D. Pedro Dusen me refirió así mismo, que desde dicho templo, si quiere, desde la capilla de nuestra Señora de las Nieves, que es la contigua á la de S. Valero, entrando por la puerta del Santo Cristo, corría una bóveda subterránea bastante espaciosa y honda de mampostería, que se dirigia hácia la plaza de Santa Marta, sin que haya encontrado hasta ahora, segun me aseguró, documento ninguno que hablase de esta obra.

Traspapelar quieren á vuesa merced; pero yo, que soy algo dado á papeles, y por algo letrado me tengo, y me he regocijado mucho con los versos de vuesa merced, y aprendido muy mucho más con los discursos de vuesa merced, no soy mío por más que me hayan mandado que calle, y quiero advertir á vuesa merced.

Yo soy el sentido práctico, y les hubiera presentado una moción y consumido un turno para demostrarles que deben sacar el periódico dos horas más tarde. Pero como uno no es letrado, le ojetan el argumento, y el cuarto estado que se roa. Su entusiasmo federalista excitaba el regocijo de Isidro, miserable unitario, incapaz de comprender ciertas cosas.

Yo no si fue la fuerza de la verdad de ser yo el mismo pícaro que sospechaba don Diego, o si fue la sospecha del caballo del letrado, u qué se fue, que don Diego se puso a inquerir quién era y de qué vivía, y me espiaba.

El viejo Mandarín, en clase de Letrado, de miembro de la Academia de los Ilan-Lin, colaborador probable del gran Tratado de Khou-Truane-Chou, que ya tiene publicados más de setenta y ocho mil setecientos treinta volúmenes, era sin duda alguna sectario de la moral positivista de Confucio.

Ti-Chin-Fú y su cometa continuaban invisibles, remontados ciertamente al Cielo Chino de los abuelos, y ya el aplazamiento del remordimiento visible hacíame olvidar el deseo de la expiación. Sin duda el viejo letrado estaba fatigado de dejar sus regiones inefables para venir a reclinarse en mis muebles.

Comprendí entonces por qué me perseguía la obesa fantasma del viejo letrado; y de sus labios cubiertos por los largos pelos blancos de su bigote, parecióme oir brotar esta acusación desolada: Yo no me lamento por , que estaba ya medio muerto; lloro por los tristes a quienes arruinaste, y que a estas horas, cuando vienes de dormir sobre el fresco seno de tus amantes, gimen de hambre, apiñados, para luchar con el frío, entre el grupo repugnante de leprosos y ladrones en la «Puerta de los Mendigos», ¡allá al pie de las terrazas del Templo del Cielo!

La fecha anunciaba que la señorita Cristina había recibido aquella misiva dos ó tres semanas antes: al parecer, la pobre joven, no sabiendo leer y no queriendo confiar su secreto á la malignidad de los que la rodeaban, había esperado que algún pasajero á la vez benévolo y letrado, viniera á darle la clave de aquel misterio que le quemaba el seno hacía quince días.

Palabra del Dia

irrascible

Otros Mirando